La economía de México retomó el rumbo durante el penúltimo mes del año pasado, apoyada por la fortaleza del peso frente al dólar y por permanecer la tasa de interés sin cambios.
A lo anterior se añade la estabilidad del mercado bursátil, tanto nacional como el estadounidense; sin embargo, todavía muestra un talón de Aquiles: la industria manufacturera.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Indicador Adelantado se ubicó en 100.26 puntos en noviembre del 2023, situándose por novena vez al hilo por arriba de su tendencia de largo plazo (100 puntos).
Con dicho nivel, el Indicador Adelantado, que busca anticipar los puntos de giro del estado general de la economía (ciclos económicos), creció 0.01 puntos, después de tres meses consecutivos con pérdidas.
Grata sorpresa
El crecimiento del Indicador Adelantado sorprendió a los mercados si se considera el impacto del huracán Otis en Acapulco, la vulnerabilidad de las exportaciones automotrices por la huelga de la UAW y el conflicto entre Israel y Hamás.
Seguimos pensando que el impulso que el consumo suele manifestar durante las temporadas de promociones en noviembre y diciembre, así como los aumentos programados a salarios, pensiones y montos de otras transferencias a inicios de 2024, podrían seguir soportando tasas de expansión favorables
mencionaron analistas de Monex en un reporte.
El grupo financiero detalla que el sesgo al alza para las estadísticas de crecimiento abarca un horizonte amplio y si se aprovecha el nearshoring será habitual que el PIB avance más cerca de 4% que de 3% en los próximos años.
Factor negativo
De los seis componentes del Indicador Adelantado, solamente uno fue factor negativo para la economía de México: tendencia del empleo en las manufacturas, con una baja de 0.18 puntos.
Dicha baja mensual representó registrar 10 meses seguidos con variaciones negativas; la merma en la manufactura mexicana proviene de la debilidad industrial en Estados Unidos.
Según cifras de la Reserva Federal, la producción manufacturera de la Unión Americana cayó 0.8% a tasa anual durante noviembre pasado, siendo la novena disminución al hilo.
Los alicientes
En tanto, los componentes que incentivaron a la actividad económica fueron el Indicador de Confianza Empresarial: Momento adecuado para invertir, el Índice de precios y cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores en términos reales, el Índice S&P 500, el tipo de cambio y la tasa de interés.
El primero aumentó 0.01 puntos, su doceava alza seguida, es decir, un año completo, cuyo optimismo de la iniciativa privada proviene del efecto de la relocalización de empresas (nearshoring).
Destaca el caso del subíndice de la tasa de interés interbancaria de equilibrio (TIIE), que, de acuerdo con el Sistema de Indicadores Cíclicos del INEGI, disminuyó 0.08 puntos, mostrando siete bajas consecutivas, tras un periodo de dos años con alzas, pero su comportamiento es inverso al de la actividad económica.
Esta dinámica obedece a que recientemente el Banco de México (Banxico), para controlar los niveles inflacionarios, decidió mantener el objetivo de 11.25%.
También sobresale la baja de 0.002 puntos en el tipo de cambio real México-Estados Unidos, pero se interpreta como la tasa de interés; en noviembre cayó tras tres meses con alzas.
Esto manifiesta nuevamente la fortaleza del peso frente a la moneda estadounidense en el periodo de análisis, pues pasó de 18.08 pesos por dólar en octubre a 17.38 pesos en noviembre, dando una apreciación mensual de 3.9%.
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