El nearshoring es una oportunidad que México tiene que aprovechar cuanto antes, pues tiene fecha de caducidad, y si no se hace a tiempo sus efectos ya no llegarán a la economía nacional, advirtió John Soldevilla, panelista y director general de la consultoría económica Ecobi.
Es un fenómeno que no es infinito, es finito, algún día se va a acabar como se acabó en 2001 el efecto del TLCAN
señaló durante el conversatorio “Data y Nearshoring: La oportunidad de México”, organizado por CIAL Dun & Bradstreet.
Ello, explicó, en el sentido de que los beneficios del entonces Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se pudieron sentir entre 1994, cuando entró en vigor, y hasta 2001, cuando China ingresó a la Organización Mundial de Comercio, lo que marcó un hito que redujo los beneficios del acuerdo comercial norteamericano.
El especialista detalló que si bien no hay una fecha o plazo exacto que haya que tomar como referencia para el final del nearshoring, entre los eventos que podrían marcar este momento se pueden considerar una crisis o recesión en Estados Unidos o bien que se relancen las relaciones comerciales con China.
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Retos a vencer
La relación comercial entre China y EU se vio afectada desde marzo de 2018 cuando el gobierno del entonces presidente estadounidense, Donald Trump, inició una guerra comercial con ese país. Esto presionó a la Unión Americana a buscar nuevos proveedores de muchos productos, lo que ayudó a que actualmente México sea el principal país de importación para la mayor economía del continente.
Por ello, consideró urgente que tanto la iniciativa privada como los distintos niveles de gobierno trabajen en conjunto con una política industrial favorable para generar la inversión necesaria para dotar de nueva infraestructura a las zonas a donde están llegando las empresas relocalizadas, especialmente en el norte del país.
“Nos hace falta construir infraestructura, el tema de energía, agua, territorios, todos esos temas los tenemos que resolver. Tenemos hoy una capacidad instalada que está siendo utilizadas en 80% u 85% más o menos; esto nos da un margen de un par de años (para ampliarla), 3 años con las que tenemos, pero en 4, 5 o 6 años vamos a tener unas carencias grandísimas. Estamos a tiempo para que los gobiernos federales y los estatales se pongan a trabajar en impulsar infraestructura para todo lo que viene con este fenómeno“, advirtió.
A ello se suman otros retos como ofrecer mayor cantidad de mano de obra calificada, elegir adecuadamente las ubicaciones para las inversiones y garantizar la certeza y certidumbre jurídica, así como la seguridad ante riesgos como el crimen organizado, corrupción e impunidad.
¿Cómo distribuir los beneficios del nearshoring?
John Soldevilla expuso que al igual que como ocurrió con el TLCAN, el nearshoring está concentrando su impacto en las entidades del norte del país, donde además están la mayor parte de las plantas industriales que exportan hacia EU.
“Nuevo León es el campeón de las manufacturas en el país. ¿Esto qué significa? Que son los estados del norte de la República los que representan más o menos el 48% del total nacional exportado. Entonces, son los estados que van a ser directamente más beneficiados por este proceso”, indicó.
La parte mala de todo este proceso es que va a generar más desigualdad regional como pasó con el TLCAN. Por lo tanto, el gobierno tiene que decretar políticas inducidas para compensar la desigualdad que se viene: promover inversiones en los estados del sureste
explicó.
Para compensar esta concentración, aseguró, los actuales proyectos desarrollados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en el sur y sureste del país, como el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas, no son suficientes. Por lo que se precisa aumentar la inversión en la zona aunada a políticas de desarrollo industrial desde las autoridades.
“Estos proyectos están bien. Pero hay que sumar muchos más (proyectos); hay que identificar la vocación productiva de cada entidad para que ellos se monten a esta cadena de valor que va a generar este fenómeno del nearshoring“, concluyó Soldevilla.