De acuerdo con cifras del gobierno de Estado Unidos, el Producto Interno Bruto (PIB) incrementó a una tasa no revisada de 2.1% durante el segundo trimestre del 2023, lo que refleja que se mantuvo un ritmo de crecimiento bastante fuerte en ese periodo.
Una mayor inversión fija empresarial ayudó a compensar la desaceleración del gasto de los consumidores, avanzando a un ritmo de 7.4%, frente a las estimaciones informadas anteriormente que proyectaban un avance de 6.1%
El consumo personal, el principal motor de la economía de Estados Unidos, incrementó 0.8% anual en el periodo que comprende de abril a junio, de acuerdo con la tercera estimación del PIB de la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés).
Esto se compara con el 1.7% de la estimación anterior y marca un crecimiento más débil.
Las exportaciones netas y los inventarios también se revisaron al alza, lo que no actúa como un lastre para el crecimiento.
Si bien el gasto de los consumidores se desaceleró en el segundo trimestre, hasta ahora mostrando signos de resiliencia, llevó a los economistas de la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) y a los de Wall Street a mostrarse más optimistas sobre el crecimiento a corto plazo.
Un indicador de los ingresos generados y los costos incurridos en la producción de bienes y servicios (ingreso interno bruto) avanzó 0.7% en el segundo trimestre después de una revisión al alza de las cifras registradas en el primer trimestre, señalaron cifras de la BEA.
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Panorama económico se mantiene
El panorama económico más amplio se mantuvo prácticamente igual en los últimos años. Los estadounidenses ahorraron cerca de 1.1 billones de dólares menos en los últimos seis años de lo que se pensaba anteriormente y el crecimiento del PIB se revisó a la baja en 2022.
Sin embargo, la inflación fue más alta y el índice de los precios de gastos de consumo personal cerró 2022 a un ritmo anualizado del 4.1% en lugar del 3.7% reportado anteriormente.
En la cifras del segundo trimestre, el índice de precios PCE, excluyendo alimentos y energía (un indicador que los funcionarios de la Fed siguen de cerca) tuvo un crecimiento a un ritmo no revisado de 3.7% en el segundo trimestre, lo que marcó el ritmo de incremento más lento desde inicios de 2021.
Los datos de la BEA que ahora incluyen el cálculo de los precios de los servicios básicos excluyendo la vivienda, una métrica en la que el banco central a puesto la mirada este año, subió 3.5% anualizado en el periodo, lo que representó un ritmo más lento desde finales de 2020 y una desaceleración en comparación con los primeros tres meses del año.
En un informe por separado, se mostró que las solicitudes de ayuda por desempleo se mantuvieron históricamente bajas en la semana que finalizó el 22 de septiembre.
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Con información de Bloomberg