El gas natural es uno de los combustibles más importantes en México para las actividades industriales, así como para la generación del 60% de la energía eléctrica que se consume en todo el territorio, sin embargo, su acceso no es igualitario.
Durante 2022, el 89% del gas natural que se extrajo en México —4,277 millones de pies cúbicos diarios— salió de las 9 entidades que conforman el sur-sureste: Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Sin embargo, dicha región tiene un acceso limitado a este recurso, debido a la falta de infraestructura para el transporte del combustible, según señaló el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO).
Y es que, a pesar de que México es uno de los principales países consumidores de este recurso, la gran mayoría de la infraestructura se encuentra localizada en el centro y norte del territorio.
Entre 2012 y 2022 la longitud de la red de gasoductos registró un incremento de 68%, al pasar de 11,347 a 19,050 kilómetros, sin embargo, esto aún es insuficiente para garantizar el suministro en algunas regiones del país.
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Desperdicio de gas natural
La insuficiente infraestructura no sólo ha provocado la falta de una distribución equilibrada del recurso, sino también ha llevado a la quema excesiva. Según estimaciones de Banco Mundial (BM), México es el séptimo país con mayor quema de gas natural a nivel internacional.
Petróleos Mexicanos (Pemex) ha justificado este indicador argumentando la falta de instalaciones que permitan el aprovechamiento en los procesos de exploración y producción.
Si bien la empresa del Estado se ha comprometido a reducir la quema de gas, múltiples investigaciones indican que la quema ilegal de este combustible se realiza en los principales campos del territorio mexicano, Quesqui, localizado en Tabasco, e Ixachi, en Veracruz.
En el caso de Ixachi, la quema de gas representa aproximadamente 31% de la producción total, según estiman reportes.