Moody’s mantuvo en B1 la calificación crediticia de Petróleos Mexicanos (Pemex), pero cambió su perspectiva de “estable” a “negativa”.
La calificadora explicó que el cambio refleja su visión de que ante la falta de cambios fundamentales en la estrategia de negocio de Pemex, la petrolera podría enfrentar mayores riesgos crediticios.
Ello “debido a su incapacidad de aumentar las inversiones de capital y de mejorar su desempeño financiero y operativo, como resultado de las restricciones de liquidez”, señaló Moody’s en una nota.
La calificadora considera que el gobierno federal mantendrá el apoyo a la empresa este año y el siguiente, pero prevé que a la siguiente administración le resulte cada vez más difícil replicarlo.
Esto se debe a que la perspectiva de una reducción del espacio fiscal en los próximos años restringiría la capacidad del soberano de brindar apoyo a niveles comparables a los registrados durante la administración saliente de Andrés Manuel López Obrador
indicó la firma.
Moody’s señaló que mantuvo la calificación B1, un grado especulativo también conocido como ‘bono basura’, al considerar que el gobierno brindará apoyo a la empresa en caso necesario y le ayudará a cumplir con sus obligaciones.
Pemex, la petrolera más endeudada del mundo, tiene vencimientos por 4,600 millones de dólares este año, 10,900 millones de dólares el próximo y 4,900 millones en 2025.
La decisión de Moody’s ocurre días después de que Fitch Ratings bajara la calificación crediticia de Pemex a B+, desde BB-, hundiéndola más en el grado especulativo de inversión.
La calificadora apuntó la expectativa de que se limiten las fuentes de financiamiento para la petrolera y señaló que los accidentes recientes han puesto en duda su capacidad operativa a medida que aumenta la carga de la deuda.