En marzo, la producción de petróleo de México tocó su mayor nivel en 18 meses, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
El país extrajo 1.655 millones de barriles diarios de petróleo durante el tercer mes del año, una cantidad no vista desde septiembre de 2021, cuando se contabilizaron 1.665 barriles diarios.
La cifra representó un ligero incremento de 0.8% en comparación con la producción de febrero.
En su comparación anual, la extracción petrolera creció 1.8%, según los datos del regulador.
Del total, 1.558 barriles, que significó el 94.1%, lo aportó Petróleos Mexicanos (Pemex), mientras los operadores privados sumaron 96,924 barriles, el 5.9% restante.
Hidrocarburos líquidos, con aumento de 0.3%
La producción de hidrocarburos líquidos, la métrica que incluye condensados y petróleo crudo, ascendió a 1.935 millones de barriles diarios en marzo.
Esto significó un incremento de 0.3% en su comparación mensual, pero un incremento de 5.51% respecto al mismo mes de 2022.
Según los datos de CNH, una mayor producción de Pemex ayudó a compensar la caída de los operadores privados, que extrajeron menos crudo y condensados que en febrero.
Producción estable
Los datos más recientes publicados por CNH muestran que en el primer trimestre del año, la producción petrolera promedió 1.648 millones de barriles diarios, un incremento ligero de 0.7% respecto a los 1.637 millones de barriles del año previo.
Para hidrocarburos líquidos, el incremento fue de 5.9%, al pasar de un promedio de 1.824 millones de barriles diarios en los primeros tres meses de 2022 a 1.932 millones de barriles este año.
Un informe reciente emitido por la Agencia Internacional de Energía (EIA, por su sigla en inglés), anticipó que la producción de petróleo y combustibles líquidos de México se mantendrá relativamente plana hasta 2024.
Dicho informe apuntó que la producción logró estabilizarse en 2019, tras una serie de caídas anuales.
“Varias dinámicas han llevado a la estabilidad de la producción”, señaló la EIA, citando la caída en la producción en campos de aguas poco profundas históricamente de mayor producción (los yacimientos maduros).
Ello, apuntó, ha sido reemplazado por desarrollos en campos recientes en otras áreas, como Quesqui.