Alrededor del mundo, el tema de las pensiones ha estado en la mayoría de los titulares de prensa. En los últimos días fue un asunto relevante en Reino Unido, donde posibles quebrantos de algunos fondos orillaron al Banco Central de Inglaterra a intervenir de emergencia; en México la nota la dieron las altas minusvalías de septiembre que registraron las Afores.
Es un problema generalizado y de vital importancia por los montos que se manejan. En el 2020 se hablaba de recursos por 56 billones de dólares en pensiones en todo el mundo. El actual tumulto del mercado ofrece escasos lugares donde “esconderse” e incluso las inversiones consideradas habitualmente como refugios están cayendo.
La Bolsa y la deuda (bonos) han caído al unísono, provocando pérdidas robustas en prácticamente todas las carteras de inversión, incluidas aquellas de corte más conservador.
Entre inversionistas existe una recomendación de estrategia convencional de invertir 60% de su cartera en bolsa y 40% en bonos. A diferencia de lo acontecido históricamente, en 2022 dicha estrategia no ha servido.
Quienes han seguido dicha recomendación, según algunas estimaciones registran una caída en su portafolio cercana al 20%, situación que no se vivía desde 1931.
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¿Qué son las minusvalías?
Las inversiones de los fondos de pensión, que tradicionalmente se van a estos dos tipos de activos, no han estado exentas de ello.
La ventaja es que lo que los fondos de pensiones están reportando son minusvalías. Es solo un concepto contable. Esto es, se trata de una pérdida contable que no se concreta si no se retiran los ahorros de las pensiones. Es un fenómeno cíclico y pasajero. El único inconveniente es que no se sabe a ciencia cierta hasta cuándo se revertirían.
Los bancos centrales son los principales responsables del mal comportamiento de los mercados. Después de la inyección de liquidez para mitigar el impacto de la pandemia, ahora combatir la inflación es el objetivo prioritario y lo están haciendo a través de alzas de tasas de interés.
Solo una reducción significativa de la inflación ayudaría a realizar un viraje en su actual estrategia de endurecimiento monetario. Esto contribuiría a eliminar las minusvalías. Sin embargo, todavía parece que está lejos de suceder. En un escenario optimista, sería después del primer trimestre de 2023.
Solo resta ser pacientes. Esperar momentos de menor incertidumbre y la situación de los mercados financieros mejorará y con ello las preocupaciones sobre lo qué puede pasar con nuestras pensiones.
*James Salazar Salinas es subdirector de análisis económico de CI Banco. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor.