La economía mexicana cerró el segundo trimestre del año con dos caídas mensuales al hilo, aunque el periodo completo mostró una tasa de crecimiento positiva.
De continuar con esta tendencia descendente, la actividad económica del país presentará un entorno de deterioro de cara a la segunda mitad del 2022.
De acuerdo con datos desestacionalizados, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) cayó 0.31% en junio pasado, consiguiendo su segunda disminución al hilo (en mayo bajó 0.20%) y el peor nivel en 10 meses.
La fortaleza del segundo trimestre de la economía nacional provino de abril, cuando se obtuvo un aumento del IGAE de 1.08%, que en ese momento fue el mejor resultado en 13 meses.
Lo anterior se resume con la cifra del PIB, cuya variación trimestral del periodo abril-junio de 0.92% representó tres trimestres consecutivos con incrementos.
Sin embargo, se ubicó por debajo de la tasa de los primeros tres meses del 2022, que fue de 1.14%, manifestando ya signos de debilidad en el cierre del segundo trimestre.
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Proceso de recuperación
Monex recordó que la economía mexicana todavía se encuentra en proceso de recuperación tras una caída bastante precipitada.
Al momento, la dimensión de nuestra economía es similar a la del 2017 y el rezago para recuperar los niveles precrisis asciende a 2.35%, lo que refleja que el bajo crecimiento sigue siendo uno de los principales retos para nuestro país
advirtió el grupo financiero.
Agregó que independientemente de que el panorama completo del primer semestre del año sea alentador (1.9% anual), los datos confirman el cambio de tendencia que la economía ha tenido en los últimos meses.
Motores apagados
La caída de 0.31% mensual del IGAE durante junio de este año, deriva, desde el ángulo sectorial, de las contracciones de sus principales motores: manufactura y comercio minorista.
Las actividades secundarias aumentaron apenas 0.6%, el nivel más bajo en cuatro meses, donde crecieron construcción con 0.32% y minería con 2.13%. El sector referente a energía, agua y gas se desplomó 1.00%.
El foco de alarma se centra en manufactura, cuya baja de 0.05% pone a temblar a los mercados. Si bien son menores los cuellos de botella en la producción, éstos aún están presentes.
Pero el principal problema de la manufactura nacional es la fase recesiva de la economía estadounidense, el mayor demandante de las exportaciones mexicanas.
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Inflación cobra factura
En tanto, las actividades terciarias incrementaron 0.04% mensual en junio, alza que respondió a un efecto rebote, ya que en mayo se observó un descenso de 0.71%.
El ‘talón de Aquiles’ de estas actividades es el comercio minorista, indicador del consumo de los hogares mexicanos, por su contracción de 1.29%, la segunda de forma consecutiva.
Este resultado refleja el impacto de los elevados niveles inflacionarios en el poder adquisitivo de las familias del país, mermado aún más por el incremento de la tasa de política monetaria que desincentiva el gasto.
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Campo volátil
Por último, las actividades primarias exhibieron la mayor caída de todas las ramas económicas del IGAE, de 5.97%.
El campo mexicano resiente el alza que tuvieron en su momento los precios internacionales de algunas materias primas agrícolas por la invasión rusa en Ucrania, pese a la corrección registrada en el mes de análisis.
No obstante, el comportamiento de las actividades primarias, por su relación a los ciclos estacionarios, suele ser muy volátil.