La industria automotriz se dirige a cerrar el año con escasos cambios respecto a los resultados de 2021, en medio de problemas de escasez de semiconductores y disrupciones en cadenas de suministro, y ante un entorno económico complejo.
Durante el primer semestre del año, la exportación se mantuvo sin cambios respecto al mismo lapso del año anterior, mientras la venta tuvo una contracción marginal, y solo la producción logró un avance en dígitos bajos.
Desde el año pasado proyectamos que 2022 iba a ser muy plano, no iba a haber realmente mucha variación. Y tal cual está sucediendo (…) el desafío real era por lo menos detener la caída, parar el sangrado, lo cual ocurrió
dijo en entrevista Gerardo San Román, director para Latinoamérica de la consultora Jato Dynamics.
Los resultados de la industria entre enero y junio estuvieron dictados en gran medida por la escasez de chips y los problemas en las cadenas de suministros exacerbadas por el conflicto en Europa y el rebrote de COVID-19 en China, que obligó a los fabricantes a reconfigurar su producción para enfocarla a los modelos o mercados más rentables y limitar el inventario disponible en agencias.
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Producción limitada
En los primeros seis meses del año, la producción de vehículos en el país alcanzó 1 millón 661,346 unidades, lo que significó un avance del 3.9% respecto al mismo lapso del año pasado.
San Román mencionó que si bien ante las dificultades en el suministro de chips los productores no pueden hacer mucho para incrementar su capacidad, la situación ha mejorado contra lo que se observó a lo largo de 2021.
“Lo positivo es que ya no ha habido temas de paros de líneas de producción por los semiconductores, quiere decir que están ‘agarrando ritmo’, aunque sea con una cantidad limitada de chips”, observó.
Según datos compartidos por la Industria Nacional de Autopartes (INA), aunque las dificultades por el abasto de semiconductores prevalecerán el resto del año, e incluso hacia la primera mitad de 2023, la situación dejó de ser igual de crítica.
En comparación con el periodo enero-junio del año pasado a nivel global, tenemos un decremento del 51% en vehículos afectados (por la escasez de chips)
manifestó Alberto Bustamante, director general de la organización.
En cuanto a exportaciones de autos, el primer semestre del año cerró en 1 millón 404,595 unidades enviadas al extranjero, sin variación respecto al mismo periodo de 2021.
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Durante el periodo, el principal destino de exportación fue Estados Unidos (78.4%), seguido de Canadá (7.2%) y en tercer lugar, Alemania (5.5%), .
“En exportación se sigue enviando prácticamente todo lo que se puede a Estados Unidos porque es un mercado que va a generar mucho mejor rentabilidad que en el mercado mexicano”, comentó Gerardo San Román.
Lejana recuperación en ventas
La venta de autos nuevos en el país entre enero y junio llegó a 518,424 unidades, una ligera contracción de 0.4% contra el mismo periodo de 2021, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Con esta información, la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores (AMDA) estima que, siempre y cuando haya disponibilidad de inventario, el año cerrará con 1 millón 027,000 unidades comercializadas, lo que significaría un incremento de apenas 1.2% contra 2021.
Hay una persistente incertidumbre del comportamiento de la manufactura en diferentes regiones del mundo y cuánto producto será destinado para su venta en México. Mantenemos nuestro pronóstico de que el mercado mexicano continuará en esta fase de estancamiento
dijo Guillermo Rosales Zárate, presidente ejecutivo de la AMDA en conferencia de prensa.
La escasez de inventario también llevó a las marcas más vendidas en el país –Nissan, General Motors y Volkswagen– a perder participación de mercado respecto al año previo. La empresa japonesa perdió 4.2 puntos porcentuales, mientras la estadounidense 0.7 y la alemana 0.8 puntos.
En general, la recuperación de los niveles de venta prepandemia aún se ve lejana y hay factores de riesgo en el horizonte, como que se materialice una recesión económica en Estados Unidos.
“Seis a siete de cada 10 de los vehículos que se venden en México son a crédito, si en un tema de recesión se dispara el tipo de cambio. Va haber mucha incertidumbre y eso es lo que más daño va a generar”, apuntó San Román.