México disolvió una unidad antidrogas que durante 25 años trabajó mano a mano con la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) en el combate al crimen organizado, revelaron fuentes cercanas, lo que supone un duro golpe a la cooperación bilateral en seguridad.
El grupo era una de las Unidades de Investigaciones Especiales (SIU, por sus siglas en inglés) que operan en 15 países y que los funcionarios estadounidenses consideran “invaluables para desmantelar poderosas redes de contrabando y atrapar a innumerables capos de la droga en todo el mundo”.
Las SIU son entrenadas por la DEA, pero están bajo el control de los gobiernos nacionales, reveló la agencia Reuters.
En México, los más de 50 oficiales de esa unidad policial fueron considerados entre los mejores del país y trabajaron en los casos más importantes, como la captura en 2016 de Joaquín “El Chapo” Guzmán, entonces el jefe del Cártel de Sinaloa.
Cierre, una amenaza
El cierre amenaza con poner en peligro los esfuerzos de Estados Unidos para combatir a los grupos del crimen organizado dentro de México, uno de los epicentros del multimillonario comercio mundial de drogas, y dificultar la captura y el enjuiciamiento de los líderes de los cárteles.
De acuerdo con Reuters, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador notificó formalmente a la DEA en abril del año pasado que la unidad había sido clausurada, según un agente de la DEA con conocimiento del asunto, hecho que confirmó una segunda fuente.
El cierre podría resultar costoso en las calles de Estados Unidos, donde las autoridades luchan por reducir un aumento en las sobredosis que el año pasado provocó más de 100,000 muertes, en su mayoría vinculadas a una nueva ola de drogas sintéticas producidas por carteles mexicanos.
El equipo de élite, fundado en 1997, fue el principal conducto para que la DEA compartiera con el Gobierno de México pistas sobre envíos de drogas e indicios obtenidos en suelo estadounidense.
La agencia antidrogas de Estados Unidos habría llevado a los nuevos integrantes mexicanos de la unidad policial a sus instalaciones de última generación en Quantico, Virginia, para capacitarlos en las últimas técnicas de vigilancia.
Una segunda unidad mexicana de la SIU, con sede dentro de la oficina del Fiscal General de la República (FGR) e independiente del Gobierno, continúa operando.
México pone trabas a EU
Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, considera que el cierre de la SIU y la restricción de la cooperación en seguridad por parte de López Obrador dañará a ambos países.
La clausura de la SIU es el ejemplo más reciente de la ruptura de la cooperación entre la DEA y México desde que López Obrador asumió el poder en 2018 y prometió reformar la política de seguridad nacional.
De acuerdo con Vigil, el primer mandatario también puso trabas para que los funcionarios de seguridad extranjeros operaran dentro de México, reprendiendo a la DEA por un modus operandi que, según opinó, equivale a “pisotear la soberanía de México”.
En privado, los funcionarios estadounidenses señalan que el papel vital de México en el bloqueo del flujo de migrantes de América Latina, una prioridad para Washington, les deja una influencia limitada para presionar a López Obrador en otros temas, como la cooperación en seguridad.
Relación DEA-México, fracturada
La cooperación en materia de seguridad entre la DEA y México se vio afectada en octubre de 2020, cuando fue detenido en Los Ángeles el exsecretario de Defensa, Salvador Cienfuegos, alegando que estaba en complicidad con un cartel de la droga.
Los fiscales estadounidenses liberaron rápidamente a Cienfuegos, citando consideraciones de política exterior “sensibles”, pero López Obrador acusó a la DEA de tener “poco profesionalismo” y de fabricar pruebas en el caso.
En diciembre de 2020, el gobierno mexicano despojó a los agentes extranjeros de la inmunidad diplomática y obligó a los funcionarios locales a redactar informes sobre interacciones con agentes de seguridad del exterior.
Para el momento en que la unidad se disolvió formalmente, según una de las fuentes, ya no operaba desde hacía algún tiempo, pues la Guardia Nacional de México antepuso la disuasión de la violencia a las investigaciones de los cárteles de la droga.
Con información de Reuters