Rodrigo A. Rosales
Al inicio del 2022, la construcción y el comercio son los grandes pendientes en materia económica del país, pese a ser los motores económicos de México al aportar en conjunto el 27.5% del Producto Interno Bruto (PIB).
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó los resultados del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) para enero de este año, el cual presentó un crecimiento mensual de 0.40% con ajuste estacionario.
Si bien esta variación representó tres meses con aumentos al hilo, fue el menor en dicho periodo, trazando una tendencia de desaceleración, producto del repunte en contagios por la variante ómicron.
El IGAE agrupa 14 grupos sectoriales, de los cuales, ocho mostraron incrementos mensuales, destacando manufactura con 0.30% y el conjunto de servicios tanto financieros y de seguros como inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles con 0.13%.
Ambos grupos suman 30.9% del PIB nacional; un punto positivo es que las industrias manufactureras, el principal sector al concentrar 17.9% de la economía mexicana, crecieron al inicio del 2022.
Sin embargo, el comercio, como segundo motor económico e indicador del consumo de los hogares, se contrajo.
El comercio minorista, con 10.7% del PIB, cayó 0.73% a tasa mensual desestacionalizada, mientras el mayorista, con 10.1% de la actividad económica, disminuyó 3.69%.
Otro motor económico en desasosiego es la construcción, sector afectado, además de la pandemia de COVID-19, por el recorte en la inversión pública desde que inició el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Su peso en el PIB nacional es de 6.7% y en el primer mes del 2022 bajó 0.15%.
Aún existen riesgos
El grupo financiero Ve por Más (Bx+) asume que el efecto del virus sobre la actividad se irá diluyendo debido a la inmunidad y al relajamiento de medidas sanitarias, aunque prevé que no se disipará por completo este año, existiendo el riesgo de que surjan nuevas cepas.
Además, añade que la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia detonaron nuevas disrupciones en la proveeduría mundial de materias primas y otros insumos.
Bx+ expone que lo anterior también ha generado incrementos adicionales en la inflación, lo que ha orillado a los bancos centrales a ajustar sus posturas monetarias con más agresividad.
La alta inflación erosiona el poder adquisitivo de los hogares y el endurecimiento monetario encarece el financiamiento, lo que ralentizará la recuperación de la demanda agregada (consumo, inversión, exportación)
asegura el grupo financiero.