La tasa de inflación anual en la Eurozona subió en agosto al 3%, con lo que supera el objetivo del 2% del Banco Central Europeo (BCE) y se ubica en su mayor nivel en una década, según datos preliminares del instituto de estadísticas Eurostat.
La inflación se había situado en julio en 2.2%, pero en agosto se confirmó la tendencia al alza, en particular en el sector de energía, el principal responsable por el aumento, ya que se elevó 15.4% en el periodo analizado.
La última vez que la Eurozona (espacio compartido por 19 países de la Unión Europea que adoptaron el euro como moneda) había registrado inflación de 3% fue en noviembre de 2011.
Para Jack Allen-Reynolds, economista de la consultora Capital Economics, la inflación en la Eurozona podría aumentar “aún más en los próximos meses”.
Sin embargo, añadió que “esto se debe a presiones temporales que deberían desaparecer el próximo año, dejando la inflación general y subyacente muy por debajo del 2% para fines de 2022”.
La misma opinión tiene la consultora Oxford Economics, que señaló que este aumento de la inflación es “en gran parte transitorio”.
Por ahora, el BCE no ha expresado preocupación sobre el aumento de los precios y ha dado señales de que continuará con sus políticas de estímulo de larga duración para ayudar a impulsar la recuperación económica pospandemia.
Compra de bonos de emergencia
Antes del verano boreal la directora del BCE, Christine Lagarde, comentó que el banco mostraría “paciencia” para ayudar a los países de la Eurozona a superar la crisis sanitaria.
El BCE aún no ha realizado ningún ajuste a su programa de compra de bonos de emergencia (PEPP), un plan apoyado en un presupuesto de 1.85 billones de euros (2.2 billones de dólares) para contrarrestar el impacto de la pandemia del COVID-19.
Se espera que en la próxima reunión del banco central el 9 de septiembre, se discuta el futuro de este programa, aunque el consejo de gobierno está dividido respecto a cuándo comenzar a relajar las medidas de estímulo.
Con información de AFP