En México, de los 24 millones de viviendas habitadas existentes en el país, 23.6% son autoconstruidas, según el último censo de Población y Vivienda del Inegi. Este porcentaje puede aumentar con las herramientas que está impulsando el gobierno federal desde diversos organismos.
El más reciente es la Guía Básica para la Autoconstrucción de Vivienda Segura, elaborada por la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu), el Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y Protección Civil.
De acuerdo con Sedatu, el objetivo del documento es “proporcionar a las familias mexicanas los criterios, procedimientos y recomendaciones indispensables que deberá cumplir una edificación”.
Se trata de un documento con especificaciones sobre el manejo de materiales, dimensiones de los espacios, técnicas de construcción, tipos de cimentación, según el tipo de suelo, entre otros consejos. Todo enfocado en el desarrollo de viviendas que resistan eventualidades sísmicas, hidrometeorológicas o de viento de gran intensidad.
Está especialmente enfocada a las personas de bajos recursos que reciben subsidio por parte de Sedatu para la autoconstrucción, ya que ese grupo poblacional suele estar excluido del acceso a financiamiento por medio de bancos o incluso el Infonavit.
Según los datos del Censo, 69.2% de las viviendas adquiridas o autoconstruidas se financiaron con recursos propios.
La guía es parte del acompañamiento técnico necesario para asegurar la calidad de las viviendas que es uno de los principales riesgos en la autoconstrucción, según la Cámara Nacional de Empresas de Consultoría, organización que en 2020 mandó una carta al presidente en relación a estas consideraciones.
Y aunque se trata de un elemento informativo útil, es insuficiente. “Puede considerarse un buen material básico para un primer acercamiento, pero no suple ni cubre características técnicas importantes que debe conocer el personal responsable de construir una vivienda. Como lo son conocimientos estructurales, comportamiento fisico-mecánico de los materiales, capacidades y demandas de las instalaciones elementales en una casa habitación, etc” dijo a EL CEO el arquitecto Jorge Yescas, egresado de la UNAM, especializado en diseño y construcción de casa habitación.
Agregó que no es además un esfuerzo sin precedentes, pues “proveedores y empresas particulares han intentado simplificar y esquematizar los pasos a seguir para comenzar a construir” añadió.
Un ejemplo es la Guia de autoconstrucción de vivienda de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural.
Otro de los inconvenientes de no contar con el acompañamiento técnico necesario es el incremento de los costos.
De acuerdo con estimaciones de KeObra, una empresa especializada en asesoría y gestión de autoconstrucción, hacerlo sin acompañamiento técnico puede incrementar hasta 50% el costo de la obra dado que alrededor del 30% del gasto se pierde en desperdicio de materiales.
Otras iniciativas
La Sedatu también presentó a principios de año la plataforma Decide y Construye que contiene la oferta de programas y apoyos del sector público para la autoconstrucción de vivienda y ofrece asesoría técnica sobre el proceso.
Esto se suma a las modificaciones a la Ley del Infonavit que ahora permiten la utilización del crédito en la compra de un terreno. Esta solución ya ha generado interés entre los derechohabientes.
De acuerdo con los resultados de la primera Encuesta de Necesidades de Crédito y Vivienda Infonavit, los créditos que generan más interés son el de adquisición de vivienda con 58% de las respuestas, crédito para la construcción en terreno propio 57% y el crédito para la adquisición de terreno con 55%, el total suma más de 100 dado que los encuestados pueden marcar más de una opción.