El ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, aumentó de nuevo el jueves su plan de ayudas al empleo por 200,000 millones de libras esterlinas (262,000 millones de dólares), en una decisión coordinada con el Banco de Inglaterra, que incrementó sus ya elevadas compras de deuda gubernamental.
“Extender el desempleo técnico y aumentar nuestro apoyo a los autónomos protegerá millones de empleos y dará a las personas y a las empresas la certeza que necesitan durante este difícil invierno”, dijo Sunak ante el parlamento.
Más temprano este jueves, el Banco de Inglaterra anunció un incremento de 150,000 millones de libras (196,000 millones de dólares) en su programa de compras de bonos gubernamentales, ayudando de esta manera al Ejecutivo a financiar el alza del gasto público.
En un momento en que Inglaterra entra en un nuevo confinamiento de un mes por el coronavirus, el ministro de Finanzas británico anunció la última de una serie de extensiones del masivo apoyo gubernamental, en un intento por ralentizar el aumento del desempleo.
Sunak amplió hasta finales de marzo el costoso programa del gobierno de despido temporal por el coronavirus, que proporciona 80% del salario a los trabajadores que han perdido su puesto temporalmente, y dijo que proporcionará miles de millones de libras en concepto de otras ayudas al empleo.
“Está claro que los efectos económicos son mucho más duraderos para las empresas que cualquier confinamiento, por lo que hemos decidido ir más allá con nuestro apoyo”, dijo Sunak al Parlamento.
Además de la extensión de las ayudas, Sunak elevó el apoyo a los trabajadores autónomos y subió los fondos garantizados para Escocia, Gales e Irlanda del Norte en 2,000 millones de libras, hasta los 16,000 millones.
Reino Unido se encamina a un déficit presupuestario de en torno al 20% del Producto Interno Bruto en el actual año financiero, el doble de su nivel tras la crisis financiera mundial y la más alta desde la Segunda Guerra Mundial.
Inglaterra entra en un segundo confinamiento cargado de “incertidumbre”
“La incertidumbre es lo más preocupante”, afirma Juliana Afanasjeva, responsable de una tienda de material artístico en Londres, obligada a cerrar como todos los comercios no esenciales de Inglaterra en el inicio, este jueves, del segundo confinamiento nacional contra el coronavirus.
En principio hasta el 2 de diciembre, los 56 millones de habitantes de Inglaterra solo podrán salir de casa para comprar comida, acudir al médico, hacer ejercicio o ir a trabajar si les es imposible hacerlo a distancia.
Todos los comercios no esenciales y los locales de ocio tuvieron que cerrar pero, a diferencia del primer confinamiento, guarderías, escuelas y universidades permanecen abiertas.
País más castigado de Europa por la pandemia, el Reino Unido cuenta casi 48,000 muertos: el miércoles se registraron 492, el mayor balance diario desde el 12 de mayo.
Tras haberse resistido durante semanas a imponer un segundo confinamiento nacional, el primer ministro Boris Johnson acabó anunciado repentinamente el sábado que seguía los pasos de vecinos como Francia e Irlanda con la esperanza de poder permitir a las familias reunirse en Navidades.
Esforzándose por tranquilizar, Johnson insistió el miércoles en que las medidas “están limitadas en el tiempo”.
“No es que elijamos ponerles fin sino que expiran legalmente”, aseguró en el parlamento.
“Hagamos lo que hagamos a partir del 2 de diciembre, requeriremos un nuevo mandato y un nuevo voto de esta cámara”, precisó, insistiendo en su intención de volver a principios del próximo mes al sistema de restricciones locales.
Con información de Reuters y AFP