Se habla mucho de innovación. Es un tema recurrente en las conversaciones académicas, de gobierno y del mundo corporativo. Todas las entidades quieren desarrollar innovación como sustento de sus ventajas competitivas y procesos de mejora continua. La innovación no es sólo un deseo, sino una realidad que se construye. Pero, ¿qué tanta innovación realmente se produce en México?
México se encuentra en el lugar 55 de 131 a nivel global en el Índice Global de Innovación 2020, elaborado por la Universidad de Cornell, el INSEAD y la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO), escalando una posición en comparación al ranking del 2019. Uno de los actores principales que impulsan el desarrollo de innovación en países como Suiza, Suecia y Estados Unidos, quienes ocupan los primeros tres lugares en el ranking, son los corporativos.
Hoy en día la innovación es un tema relevante y fundamental en el desarrollo de una organización. Empresas como Google y Goldman Sachs cuentan con participación accionaria en 23 unicornios (empresas valuadas en mas de mil millones de dólares) cada una. Esto no ha sido un factor fortuito, sino que está sustentado en una estrategia de innovación corporativa clara y robusta que han construido a lo largo de los años.
Lo primero que entendieron estas empresas fue el efecto de la innovación, ya sea incremental, disruptivo o de salto cuántico.
Por ejemplo, Google tiene áreas internas de Investigación y Desarrollo (I+D) para generar innovación incremental en sus procesos, productos y servicios; mismo caso que Apple. Además, la tecnológica estadounidense cuenta con el programa de aceleración Google for Startups, que genera innovación disruptiva a través de alianzas con startups y jugadores del ecosistema, compartiendo conocimiento y ofreciendo acceso a la suite de herramientas tecnológicas de la empresa.
Google, de manera directa o a través de su brazo de capital de riesgo (venture capital), también ha invertido en empresas que promueven saltos cuánticos, como es el caso de Ripple (empresa de tecnología blockchain para hacer transacciones electrónicas en tiempo real) y SpaceX (empresa que diseña, produce y lanza cohetes y naves al espacio).
Esta innovación promovida por corporativos tiene como objetivo impactar procesos, productos y servicios, o modelos de negocio. Google, para lograr esto, adicionalmente cuenta con diferentes unidades de negocio, por ejemplo: M&A, Google Ventures y CapitalG.
Otro ejemplo es Goldman Sachs, banco de inversión americano donde más del 45% de su personal trabaja en tecnología buscando innovaciones al servicio de sus clientes. Además, formaron un fondo de inversión GS Growth, cuyo propósito es invertir entre 20 y 250 millones en empresas de alto crecimiento en áreas como consumo, software, fintech y healthcare. A la fecha cuentan con 8,000 millones de dólares de activos bajo administración con más de 200 inversiones. Recientemente, la empresa anunció que va a levantar 2,000 millones de dólares adicionales para invertir en capital riesgo.
Otras iniciativas de Google enfocadas a innovación son: Area120 y X Company. Por medio de Area120, la incubadora de Google, se desarrollan proyectos internos de todas las áreas de la compañía, fomentando un ambiente de intraemprendimiento (intraprenurship) y creatividad. X Company (The Moonshot Factory) es un centro de investigación y desarrollo, fundado por Google en el 2010 con el objetivo de crear nuevas tecnologías radicales para resolver algunos de los problemas más difíciles del mundo.
Por su lado, Goldman Sachs tiene una incubadora dentro de casa, GS Accelerate, que le da el capital, los recursos y soporte a su personal para crear nuevos negocios y productos enfocados al crecimiento futuro de la empresa. Desde el 2018 han recibido más de 1,400 ideas, han realizado 13 inversiones y han lanzado 5 proyectos directo a clientes. También tienen un programa de diversidad de fundadores e inversionistas con el fin de apoyar proyectos de minorías raciales.
Tomando como base la cultura de innovación de un líder mundial como Google o Goldman Sachs, los corporativos en México deberían reflexionar sobre los siguientes elementos para incrementar el grado de innovación corporativa:
Aceptar el riesgo y aprender del fracaso: Es evidente que un alto porcentaje de las inversiones en etapas tempranas o de los proyectos de incubación van a fracasar. Sin embargo, grandes aprendizajes resultan de estos proyectos, aplicándolos para mejorar en siguientes iteraciones es vital.
Construye portafolios: Los corporativos exitosos deben pensar en construir portafolios para diversificar y administrar el riesgo. Es fundamental desarrollar múltiples iniciativas e invertir en múltiples empresas, generando innovación y desarrollo de todo tipo.
Piensa en el largo plazo: El resultado de los proyectos o inversiones no se verá reflejado en el siguiente reporte trimestral a los inversionistas, pero tendrá un impacto de largo plazo en la organización.
Construye y permea una cultura genuina de emprendimiento e innovación: El autorizar proyectos no es la única decisión que deben tomar los corporativos. Se debe trabajar bajo una genuina cultura de emprendimiento e innovación, permeando todas las áreas y niveles del corporativo.
Define bien el problema y enfócate en la solución: Los corporativos deben superar los círculos de poder y la burocracia interna, teniendo como objetivo último la solución de los problemas que traerán capacidades y talento nuevos a la organización.
Está claro que en México hay mucho talento y creatividad, pero son las organizaciones quienes tienen la oportunidad y recursos para aprovecharlos y generar innovación, con el objetivo final de fortalecer sus ventajas competitivas y continuar siendo relevantes dentro del mercado a sus clientes. Al final del día, la innovación es una herramienta estratégica.
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*Héctor Shibata es profesor en el EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey y director de Inversiones de AC Ventures, un fondo corporativo de venture capital donde es responsable de liderar los procesos de inversión en startups y fondos, y administrar el portafolio. Ejerce la clase del MBA de Financiamiento para el Emprendimiento. Participó en una startup fintech y ocupó cargos previos en private equity y en banca corporativa y de inversión en México y Nueva York.
Este texto es una columna de opinión. Su contenido es responsabilidad del autor y no representa necesariamente la postura de EL CEO.