Ryanair colocó el martes bonos por 850 millones de euros (1,000 millones de dólares), en su primera emisión en tres años, lo cual constituye una señal de que los mercados de deuda europeos comienzan a abrirse de nuevo a las aerolíneas, que se han visto paralizadas por la crisis de COVID-19.
La operación de la mayor aerolínea de bajo costo de Europa es la segunda que realiza una compañía del giro en el continente desde la pandemia de COVID-19, después de que Finnair, controlada por el Estado finés, emitiera un bono híbrido, que combina características de deuda y capital.
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La demanda entre los inversionistas alcanzó los 4,400 millones de euros, más de cinco veces la cantidad que Ryanair pretendía recaudar, según un documento de la operación al que tuvo acceso Reuters.
Empresa sólida
El balance de Ryanair, uno de los más fuertes de la industria con más de 3,900 millones de euros de efectivo al 30 de junio y aviones por valor de 7,000 millones de euros, fue uno de los principales factores para obtener dicha demanda, según analistas consultados.
La empresa también captó 400 millones de euros entre sus accionistas la semana pasada.
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Ryanair está en un lugar mejor, por lo que le será más fácil conseguir la financiación que desea
dijo Azhar Hussain, jefe de crédito mundial de Royal London Asset Management.
Es una de las tres aerolíneas, junto con EasyJet y Southwest Airlines, que todavía mantiene calificaciones de grado de inversión, según señaló la agencia de calificación S&P en agosto, que añadió que las tres son aerolíneas de bajo costo.