México enfrenta un complicado acto de equilibrio en su presupuesto para 2021: revivir una economía severamente golpeada por la pandemia de coronavirus mientras se apega a las promesas de austeridad del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Cuando los funcionarios de la Secretaría de Hacienda presenten el proyecto de presupuesto a la cámara baja del Congreso este martes, inversionistas de deuda tanto de México como de Petróleos Mexicanos (Pemex) examinarán las prioridades de gasto.
López Obrador es un caso atípico entre las naciones ricas y emergentes, e insiste en limitar estrictamente el gasto incluso frente a la destrucción económica provocada por las medidas de confinamiento por el coronavirus.
La economía que López Obrador prometió revivir se encuentra en la recesión más profunda desde la Gran Depresión de la década de 1930. En ese sentido, Banco de México (Banxico) advirtió recientemente que podría contraerse hasta 12.8% este año.
Mientras que Brasil ha derrochado un 6.5% adicional del Producto Interno Bruto (PIB) en gastos, incluidas prestaciones por desempleo, que llegan a un tercio de sus ciudadanos, el saldo del gasto de México se ha deteriorado en menos de 1% durante la pandemia.
El mandatario mexicano no ha dado señales de cambiar de rumbo, argumentando que su disciplina dejará finanzas más sanas cuando se asiente el polvo, mientras que descarta más impuestos o nuevos programas sociales.
Carlos Serrano, economista de BBVA, dijo que una política fiscal anticíclica sería más adecuada ahora.
No es momento de implementar una política fiscal austera (…) Esto debería de acompañarse de un anuncio de una reforma fiscal que entre en vigor una vez superada la crisis de la pandemia y que ayude a financiar el gasto adicional,
dijo Serrano en una entrevista.
Erasmo González, quien preside el comité de presupuesto de la Cámara de Diputados, dijo que habría un déficit primario en 2021, sin entrar en detalles. Las pautas presupuestarias publicadas a principios de este año proyectaban un déficit primario del 0.6% del PIB.
México ya estaba en una leve recesión antes de la epidemia.
En el escenario más optimista del banco central, la economía mexicana será más pequeña a fines del próximo año que antes de que la pandemia sacudiera a los países del continente. Es posible que solo se recupere por completo en 2022.
Incluso sin préstamos adicionales, la relación deuda sobre PIB ha aumentado en más de 10 puntos básicos a medida que la economía se contrajo y el peso se debilitó.
Las agencias calificadoras, que despojaron a Pemex del grado de inversión este año y advirtieron que la deuda soberana de México podría sufrir la misma suerte, están atentos a señales de una futura reforma fiscal y estrategias para frenar el endeudamiento de la petrolera.
Lisa Schineller, analista líder para América Latina de Standard & Poor’s, dijo que además de su enfoque habitual en los resultados fiscales del presupuesto, la agencia estaba muy interesada en los planes de recuperación del impacto del coronavirus.