El proyecto del Tren Maya incluye más que la ruta de 1,500 kilómetros de vía ferroviaria. Implica la intervención y urbanización de las zonas de interés, cuyos proyectos también ya se encuentran en marcha.
Una de las zonas donde esto ha comenzado es en Mérida. Durante 2019, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) lanzó un procedimiento de invitación a cuando menos tres entidades para asignar trabajos de desarrollo urbano en la ciudad.
Los participantes fueron los despachos Norten Arquitectos, Consultoría en Planeación-Desarrollo & Territorio y CDUA Consultoría en Desarrollo Urbano Ambiental. Del procedimiento resultó ganador Norten Arquitectos, fundado por Enrique Norten, con lo que se adjudica un contrato de 3.7 millones de pesos.
El proyecto no ha sido presentado públicamente, aunque “ya hay ideas preliminares” dijo Norten a EL CEO.
“Es parte de una de las estaciones pero es más amplio, es un proyecto para replantear parte del centro de Mérida, es un proyecto de diseño urbano donde una parte tiene que ver con la estación. El tren será un detonador de esta nueva zona de desarrollo” dijo el arquitecto en entrevista.
Se trata de un centro intermodal que incluya tanto a los usuarios del tren y donde convergen otros medios de transporte para llegar a distintas zonas de la ciudad.
También y más importante, es rescatar una zona de 25 hectáreas en el centro mismo de la ciudad de Mérida que han estado abandonadas. Se trata es de recobrar la trama urbana, de reconstruir la textura de la ciudad de Mérida, volver a darle la continuidad que tuvo esta zona hace mucho tiempo y convertirlo con zona de usos mixtos, de vivienda, trabajo, de entretenimiento, comercial, lo que permitirá tomar parte en el crecimiento desordenado y suburbano de Mérida,
explicó Norten.
Sin embargo, esta intervención implica riesgos para las personas y comunidades aledañas. De acuerdo con el documento de impacto ambiental del Tren Maya se reconocía que el proyecto podría tener impacto en los usos y costumbres de las comunidades.
El documento también señala que el objetivo es alcanzar etnodesarrollo, es decir, involucrar en el proceso de desarrollo y en la administración de beneficios a las poblaciones indígenas que estarían siendo afectadas por el desarrollo.
“En este caso podríamos entenderlo como un proceso participativo para las comunidades indígenas para involucrarlas no sólo como lo establece el Convenio OIT 169 , si no desde la propia planeación y apropiación del proyecto de desarrollo para sus comunidades, en las que el beneficio para estas sea observable”.
Algunas organizaciones se han movilizado para detener otras obras del Tren Maya, aunque de acuerdo con Norten, no ha habido en este proyecto intentos de frenarlo.
“Cualquier cambio conlleva riesgos eso es lo que creo que estamos viviendo, por eso hay gente que está a favor y que está en contra, es muy difícil para muchos de los grupos ver la totalidad del beneficio y vemos que se concentran en intereses particulares, no digo individuales, sino intereses de grupos y de comunidades”, dijo.
En el caso específico de Mérida, Norten asegura que no se ha sentido eso. Que existen las preocupaciones clásicas de tipo técnico que tiene cualquier proyecto de esa dimensión, sin embargo se resuelven de manera consensuada con los grupos y las diferentes instancias de gobierno.
Estoy seguro que se va llegar a las mejores conclusiones en beneficio de la ciudad
El proyecto de Norten no es el único que se ha adjudicado. De acuerdo con la información alojada en Compranet hay un proyecto similar pero en Escárcega Campeche, un contrato de 2.2 millones de pesos para el despacho Carlos Corral y Asociados SC.
El despacho se ha encargado de proyectos como el Plan Maestro Preliminar de la Zona de Caleta y Caletilla, en Acapulco, el Plan Maestro Preliminar del Desarrollo Turístico Las Estacas, en Morelos entre otros.