Los dueños de empresas ubicadas en las avenidas comerciales de Londres tienen un miedo recurrente mientras la ciudad se prepara para reabrir este sector: “Clientes que no gastan, y no tienen confianza en la economía”.
Su preocupación, capturada en una encuesta de la Asociación Británica de Comerciantes Independientes (BIRA) antes de que se relajen las medidas nacionales de distanciamiento, podría estar bien fundada.
En todo el mundo, consumidores están saliendo del aislamiento más cautelosos y frugales que antes. Esto ralentizará cualquier recuperación y podría animar a los gobiernos y bancos centrales a implementar aún más estímulos económicos.
Las nuevas intenciones de ahorro se están reflejando de muchas maneras: algunos hogares están almacenando el efectivo que ahorraron durante el aislamiento, mientras otros han migrado a marcas más baratas o compran solo lo esencial.
Otros riesgos a la demanda del consumidor incluyen el colapso del poder adquisitivo entre aquellos cuyos salarios fueron afectados por la pandemia, e incluso imponderables como los cambios a los hábitos de consumo si más gente continúa trabajando desde casa.
En China, los centros comerciales comenzaron a llenarse de nuevo desde abril, cuando se debilitó el aislamiento. Las ventas en línea han crecido en algunas categorías, comúnmente asistidas por descuentos y cupones gubernamentales.
Sin embargo, existe una desconfianza persistente sobre artículos no esenciales, por lo que los consumidores podrían no ser el pilar de crecimiento que Pekín espera que sean.
“Los consumidores están enfocándose en las categorías de gastos esenciales”, dijo Fitch Solutions en un reporte del 4 de junio, donde predijo que la caída en el gasto por hogar en China recortará el crecimiento nacional a solo 1.1%, del 5.6% predicho anteriormente.
En Estados Unidos, marcas reconocidas como la chocolatera Hershey y el fabricante de pasta de dientes Colgate dicen que los consumidores han optado por marcas más económicas. Mientras tanto, las tiendas enfocadas en alternativas económicas, conocidas como “dollar stores”, esperan reabrir sus puertas a un nuevo grupo de consumidores, tal y como lo hicieron tras la recesión de 2008-2009.
“En 2008, la gente perdió su trabajo… y nos encontraron a nosotros. Creo que eso es algo para lo que tenemos que planear mientras vemos nuestra bola de cristal para el segundo semestre de 2021”, dijo el director de Dollar Tree, Gary Philbin, el pasado 28 de mayo.
Mucho dependerá de lo que pase con los ahorros que algunos hogares consiguieron reunir durante el aislamiento, pues la tasa nacional de ahorro en Estados Unidos creció a una cifra récord de 33% de los ingresos.
Esa cifra bajará, pero quienes esperan un flujo repentino de efectivo a la economía podrían decepcionarse. Un reporte de 2012 realizado por el Fondo Monetario Internacional encontró que la incertidumbre persistente después de la recesión de 2009 impulsó la cifra de ahorros de forma durable, lo que llevó a menos consumo y crecimiento en la economía en general.
Además, muchos hogares de EU están a punto de sufrir “barrancos de ingresos” con la expiración de las devoluciones de impuestos en mayo y el fin de la compensación por desempleo en julio, dijo Oxford Economics, quien predijo menores ingresos a los hogares durante el resto del año.
“Esto seguramente actuará como una limitante en el gasto de recuperación del consumidor hasta mediados de 2021”, dijo en una nota del 3 de junio.
Este escenario podría forzar a legisladores alrededor del mundo a promover el gasto de ahorros mediante la relajación de reglas de aislamiento, la oferta de más apoyos económicos o el impulso de tasas de interés aun menores e incluso negativas.
El mismo dilema existe en Europa. El Banco Central Europeo espera que el índice de ahorros haya subido seis puntos hasta 19% de los ingresos este año, y que se mantenga alto durante el próximo año debido a lo que los economistas llaman “cicatrices”, cuando un evento deja un impacto duradero en el comportamiento.
Citando el riesgo de acumulación de efectivo, el Ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, ha pedido iniciativas directas que impulsen la demanda. El presupuesto que presentará la próxima semana incluirá una predicción de un gasto del consumidor 10% menor al del año anterior.
Alemania ha anunciado un corte al impuesto de valor agregado para la segunda mitad del año. Esto, aunado al programa de pensiones para padres, pretende impulsar el consumo en el país.