Las industrias declaradas como actividades esenciales trabajan en sus protocolos de seguridad sanitaria para regresar paulatinamente a partir del 1 de junio, conscientes de que es imposible evitar nuevos contagios de coronavirus en los centros de trabajo.
Sus medidas están alineadas con la ‘Estrategia de retorno a las actividades: una nueva normalidad’, publicado por el gobierno federal a principios de mayo, dice José Antonio Centeno Reyes, vicepresidente de Sectores y Ramas en la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra).
Estas incluyen programas de promoción de la salud, disposiciones de higiene, controles sanitarios en los accesos a los lugares de trabajo, uso de equipo de protección personal y algunas restricciones organizacionales.
A través de dichas acciones, las empresas buscarán evitar brotes masivos de coronavirus en los lugares de trabajo. Sin embargo, saben que el regreso a las labores significan inminentes nuevos casos de contagio.
“Por supuesto que cuando volvamos a retomar una mayor actividad laboral y social se van a dar algunos contagios, pero lo importante es saber responder a estos casos y de manera expedita”, dijo Centeno Reyes.
El sector acerero anunció que su estrategia está basada en la sanitización de áreas de trabajo y transporte, toma de temperatura en los accesos, uso de cubrebocas y priorizando el trabajo vía remota.
“También en esta industria nos apegamos al plan gubernamental para el regreso a las actividades productivas”, declaró un vocero de la Cámara Nacional del Hierro y el Acero (Canacero).
La estrategia gubernamental está dividida en tres etapas. La primera comenzó el 18 de mayo, en los denominados Municipios de la Esperanza. Se trata de más de 300 localidades libres de contagios de coronavirus y de vecindad con municipios con reporte de casos.
La segunda transcurrirá entre el 18 y 31 de mayo y consiste en la preparación de la reapertura de las empresas o industrias dedicadas a actividades consideradas como esenciales a partir del 1 de junio.
Los sectores autorizados para comenzar con la reactivación son los de la “construcción, la minería y la referente a la fabricación de equipo de transporte”, según lo establecido por la Secretaría de Salud (Ssa) en el Diario Oficial de la Federación.
Normas generales
Durante la etapa de reapertura socioeconómica, que inicia el 1 de junio, las autoridades establecieron un semáforo que determinará semanalmente las actividades que se retomarán en cada región.
Dicho semáforo consta de cuatro niveles de alerta, que serán establecidos mediante el análisis del “comportamiento y consecuencias” de la propagación del coronavirus por estado y municipio.
La estrategia diseñada por el gobierno federal indica diversas medidas de la “nueva normalidad” para evitar y contener la propagación del COVID-19 en todos los centros de trabajo, sin importar el tipo de actividad ni nivel de alerta de la localidad donde estén.
De manera generalizada, todas las empresas deben contar con entradas y salidas exclusivas para el personal, con tapetes certificados para eliminar el virus SARS-CoV-2 o en su ausencia, protectores desechables de calzado.
Los accesos deben tener dispensadores de alcohol o gel desinfectante base alcohol al 70%. Estos también deben estar presentes en comedores, vestidores, áreas de casilleros, cafeterías, salas de reuniones, espera y recepción, así como cualquier otro sitio común.
Las empresas medianas y grandes deben tener sensores de distancia para la determinación de la temperatura corporal de sus empleados. Además, los espacios que concentren a dos o más trabajadores tiene que estar delimitados por barreras entre persona y persona.
En materia organizacional, todas las empresas están obligadas a establecer lineamientos de control de visitas, proveedores y contratistas en materia de higiene, quienes tendrán que utilizar cubrebocas durante toda su estancia en el lugar.
Además, el protocolo indica que las empresas están obligadas a facilitar el trabajo vía remota a empleados cuyas labores lo permitan. Asimismo, deben priorizar que las reuniones de trabajo se realicen por teléfono o videoconferencia.
Primera fase estéril
La primera fase está determinada para los 324 municipios de la esperanza que publicó la Ssa el 16 de mayo.
Hasta esa fecha, Oaxaca encabezaba esta lista, con 213 localidades libres de contagios y de municipios vecinos con casos confirmados.
Jalisco tenía 23 demarcaciones en las mismas condiciones; Sonora 16; Puebla 13; Veracruz y Guerrero 12; Chihuahua 8; Nuevo León 7; San Luis Potosí 6; Chiapas 5; Tamaulipas 4; Michoacán 3; y Yucatán e Hidalgo 1.
Sin embargo, Canacintra, que abarca la industria metal-mecánica, química, de bienes de capital, de alimentos, de fabricantes de materiales de construcción, de artículos de papel, agroindustrial, automotriz y otras, considera que esta primera tanda de municipios es prácticamente imperceptible a nivel económico para el país.
“El porcentaje de población en esos municipios es muy bajo, por lo tanto, estas comunidades no están asociadas a actividad industrial de manera prioritaria, por lo que no son un referente para la reactivación”, explica Centeno Reyes.
Aunado a esto, algunos gobiernos, como el de Oaxaca, descartaron por ahora adoptar las medidas de reactivación en sus municipios libres de coronavirus debido al alto riesgo de contagio que se percibe a nivel general.
Alejandro Murat Hinojosa, gobernador oaxaquense informó que los 213 municipios libres de contagio seguirán con las medidas de prevención vigentes en el resto del país.
Del mismo modo, los gobiernos de Guerrero, Jalisco y Chihuahua descartaron la reactivación en sus municipios libres de COVID-19.