La información disponible sobre las coberturas petroleras de la Secretaría de Hacienda y Petróleos Mexicanos no es suficiente para estimar de forma fidedigna la protección de la que dispone la economía mexicana, además de que la estrategia energética de la actual administración podría impedir hacer un uso eficiente de esta protección.
La cobertura de Hacienda se ha señalado como una “cobertura total sobre ingresos petroleros”. Normalmente lo que se cubre son los ingresos por el lado de las exportaciones, que deben rondar los 350 millones de barriles al año, pero se tiene que llevar a cabo la exportación para poder tener el ingreso cubierto, explicó Rosanety Barrios, analista energética.
“Lo que me preocupa es que esa meta estaba puesta para un mundo previo a la crisis, y ahora hemos visto una caída brutal de la demanda, y el riesgo es no poder colocar la producción”.
Barrios resaltó que la mezcla que no se logre exportar de forma natural no está cubierto.
Además, dado que los términos de los contratos no son públicos, es imposible saber si éstos tienen un trigger o si tienen precio mínimo a cubrir. Incluso, no queda claro si las coberturas se pueden ejercer mensualmente o anualmente, aunque se ha mencionado que la de Hacienda podría tener un solo punto de ejercicio.
Durante su participación en la conferencia matutina, el titular de #Pemex?? indicó que este año la empresa productiva del Estado estima cobrar alrededor de 7 mil 500 millones de pesos por concepto de cobertura del seguro por baja del precio del barril de petróleo. pic.twitter.com/Xhv3JB4BYF
— Petróleos Mexicanos (@Pemex) April 15, 2020
Algunos analistas han señalado que, la existencia de estas coberturas podrían haber dado tranquilidad a México frente a las negociaciones de la OPEP, pues Pemex se encontraría en condiciones de soportar los bajos precios del petróleo siempre y cuando fuera capaz de exportar.
Para Barrios, la administración ha tomado esta explicación porque encaja con sus objetivos, pero la decisión puede haber obedecido también a la falta de certeza sobre el reacomodo del sector posterior a la crisis.
Adrián Calcaneo, director de Midstream y Líquidos de IHS Markit, recordó que las coberturas de este año fueron adquiridas a 49 dólares por barril, y que esto no elimina los costos de producción: en 2019, Pemex reportó pérdidas a pesar de que la mezcla mexicana se cotizaba por encima de los 50 dólares.
“Al considerar todos los costos la situación es un poco difícil. Las coberturas también tienen un piso y un rango y, sin saber todos los detalles es difícil estimar qué tan cubiertos estaban, aunque sí parecen un poco envalentonados”, dijo Calcaneo.
Intercambios petroleros siguen siendo opción desaprovechada
La intención de la administración de aumentar el volumen de petróleo refinado de forma nacional podría afectar de forma importante la cantidad de producción exportada y, por lo tanto, la cantidad protegida por las coberturas petroleras, pero además existen otros obstáculos para el Sistema Nacional de Refinación como los costos de gasolinas estadounidenses y la generación de productos asociados.
Los “swaps” petroleros podrían ayudar a aumentar el volumen de refinación, pues mejorarían la “dieta” del sistema y producirían menores cantidades de combustóleo, un producto asociado que será complicado comerciar en un futuro cercano.
“El swap es una opción que se tiene claramente vigente desde hace unos cinco años y más claramente desde la sanción a Venezuela. Estos no contarían igual que la exportación en materia de cobertura, pero por lo menos es una salida para la producción”, consideró Barrios.
El otro gran obstáculo es la industria de la refinación en Estados Unidos. El país cuenta con algunas de las refinerías más eficientes del mundo, y una de sus principales acciones al ver una caída en la demanda es ofrecer gasolina a México a precios de descuento, y Pemex no puede competir contra eso, explicó Calcaneo.