El remanente de operación de Banco de México será una de las herramientas del presidente Andrés Manuel López Obrador para algo que parece ser uno de sus temores: el endeudamiento, esto en medio de la crisis económica que ya se comienza a reflejar a causa de la pandemia del COVID-19.

En lo que va de 2020, el peso ha perdido 21.26% ante el dólar, lo que puede presionar los pasivos públicos denominados en moneda extranjera.

El presidente López Obrador dijo el miércoles que se reuniría con la Junta de Gobierno de Banxico para hacer las cuentas de cuánto podría alcanzar el remanente del ejercicio 2020, el cual se entrega en abril de 2021, y por Ley la mayor parte debe destinarse al pago de deuda.

“(…) es como una cobertura. Esto, por la depreciación del peso; o sea, que ahí tenemos un excedente que nos va a ayudar mucho en esta circunstancia, aun cuando se va a disponer hasta abril del año próximo”, comentó en su conferencia de prensa matutina.

Y así lo hizo a medio día de este miércoles.

No obstante, aún habrá que ver si el peso mexicano continúa a lo largo del año con la depreciación que ha mostrado.

Esto depende del tipo de cambio. Si vemos que el peso se recupera, algo que puede ser, eso no será tan grave y de igual forma si se va a 26 o 27 (pesos por dólar) el remanente será mayor para compensarlo, pero es muy temprano, parece prematuro,

comentó Marco Oviedo, jefe de análisis económico para América Latina en Barclays.

El remanente de Banxico resulta de los ingresos derivados de la revaluación de las reservas internacionales y por los ingresos de las diferencias entre los intereses que el banco central cobra y paga a los intermediarios financieros. Así, se puede generar tras una depreciación del peso, la cual revalúa los activos en moneda extranjera que administra Banxico.

Al menos 70% del remanente se debe destinar a la amortización de la deuda pública del gobierno federal contratada en años anteriores o a la reducción del monto de financiamiento necesario para cubrir el déficit presupuestario o bien, una combinación de ambos conceptos.

El 30% restante, debe dirigirse al Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) o a incrementar activos que fortalezcan la posición financiera del gobierno federal, de acuerdo con la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.

En 2017, Banxico entregó 321,653 millones de pesos, alrededor de 1.5% del PIB, al gobierno federal, correspondiente al ejercicio fiscal 2016, luego de que ese año el peso se depreció 16.60%.

Supongo que lo están considerando ya dada la situación sobre todo el próximo año, pero no esperaría un número tan grande. Responde a la preocupación de López Obrador de que la deuda suba, es una obsesión por así decirlo. Él cree que la deuda no tiene que subir y este es un mecanismo que ayuda

dijo Oviedo.

Al cierre de 2019, el SHRFSP, es decir, el total de la deuda sumó 10.87 billones de pesos, equivalente a 43.44% del Producto Interno Bruto (PIB), según cifras de Hacienda.

López Obrador ha sido reacio a elevar la deuda o a implementar una política fiscal contracíclica al señalar que los gobiernos pasados elevaron los niveles de endeudamiento y esto no se reflejó en mayor crecimiento.

En el gobierno de Felipe Calderón el SHRFSP pasó de 28.81 a 37.24% del PIB; mientras que en el de Enrique Peña Nieto pasó de 39.96 a 44.92% del PIB.

En tiempos de recesión, los bancos centrales bajan la tasa de interés, y el costo de la deuda no es tan probable que se incremente, como en 2008 se mantuvo en 1.9 puntos del PIB, si aprovechamos la caída de las tasas de interés es poco probable que tenga un  incremento significativo, puede tener más efectividad si se va para el FEIP, por la caída de los ingresos petroleros o directamente para cubrir el déficit primario 

comentó Carlos Vázquez, especialista en deuda pública del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria. 

La Ley de Banxico señala que, el Banco deberá, siempre que sea posible, preservar el valor real de la suma de su capital más sus reservas e incrementar dicho valor conforme aumente el producto interno bruto en términos reales y sólo podrá constituir reservas, cuando resulten de la revaluación de activos o así lo acuerde con Hacienda.

Además, deberá entregar al gobierno federal el importe íntegro de su remanente de operación una vez constituidas las reservas previstas en la Ley, siempre que ello no implique la reducción de reservas provenientes de la revaluación de activos.

Mientras tanto, las expectativas tanto para la economía mundial como para la mexicana siguen deteriorándose. Esta semana el Fondo Monetario Internacional dijo que estima una caída de la economía mexicana de 6.6% para este año, debido a la pandemia del nuevo coronavirus.

El FMI señaló ayer en su Monitor Fiscal, que la actual situación es más preocupante para las economías de mercados emergentes y en desarrollo que se enfrentan a múltiples shocks, entre ellos la pandemia, un deterioro brusco de las condiciones de financiamiento, una demanda externa débil y, en el caso de los exportadores de materias primas, un descenso de los precios.

Por lo que necesitarán reordenar las prioridades de gasto hacia el sector sanitario, y al mismo tiempo preservar los principales servicios públicos (transporte, energía, comunicaciones) y la protección social.

Gita Gopinath, economista en jefe del FMI, dijo que factores como la informalidad hacen mas difícil para cualquier país enfrentar la crisis, ya que la contención afecta a los trabajadores que viven al día en diversos sectores, por lo que dijo que los gobiernos deben pensar en soluciones innovadoras.

Es aquí en donde hay que pensar en soluciones innovadoras, los países tienen programas de asistencia social, de modo que deben ampliar el alcance de esos programas, usar los esquemas ya existentes para llegar a estas personas con dinero cuanto antes, es una crisis que afecta muy seriamente a los más pobres, hay que pensar cómo hacerles llegar efectivo

Gita Gopinath, economista en jefe del FMI.