Los recortes en las tasas de interés, temas propios de México y presiones internacionales no han sido suficientes para restarle atractivo a la renta fija mexicana de largo plazo: los bonos.
Los bonos a 10 años denominados en pesos -conocidos como M10- rondan su mejor nivel desde septiembre 2017, al otorgar un rendimiento de 6.767%, este lunes. Lo anterior es 187 puntos base menos que a finales del año pasado.
Un menor rendimiento en los instrumentos de renta fija responde a una mayor demanda del público inversionista, lo que eleva su precio. Un M10 cotiza en 112 pesos.
La deuda mexicana sigue siendo atractiva para los inversionistas y, en especial, para los extranjeros
Amín Vera, director de análisis económico de Black WallStreet Capital.
En lo que va del año, los inversionistas foráneos han sumado 56,890 millones de pesos a sus posiciones en bonos a largo plazo. La tenencia de estos instrumentos en manos de extranjeros era de 1.86 billones de pesos al cierre del 26 de septiembre.
El inversionista mexicano se enfrenta a dos contras al adquirir bonos. El primero, la volatilidad de tipo de cambio que, en caso que el peso se deprecie frente al dólar, se traduciría en una pérdida de poder adquisitivo, lo que mermaría sus rendimientos.
El segundo, Hacienda propuso actualizar la tasa de retención provisional aplicable al capital que da lugar al pago de intereses de 1.04 a 1.45%, de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica.
Aunque Banco de México ha reducido su tasa de interés en 50 puntos base en los últimos meses para ubicarla de momento en 7.75%, el diferencial que existe entre los M10 con los bonos del Tesoro de Estados Unidos (treasuries) no solo se ha mantenido, sino que se ha ampliado.
Un recorte en la tasa de interés hace que los bonos en circulación ganen atractivo entre los inversionistas, ya que las nuevas colocaciones de deuda no ofrecerán tasas tan elevadas como las existentes.
En promedio de los últimos cinco años, el diferencial entre los M10 y los treasuries a 10 años ha sido de 463 puntos base; este lunes la diferencia de rendimientos entre unos y otros era de 523 puntos base.
“Consideramos que el diferencial entre ambos (M10 y treasuries) debería ser de, al menos, 100 puntos base más bajo del existente, que son la medida del riesgo adicional que el mercado está viendo en México en el muy corto plazo”, comentó Vera.
Algunos de los puntos de presión de corto plazo es el magro crecimiento económico al que se enfrenta el país -los pronósticos apuntan menos de 1% para este año- y lo que suceda con Pemex.
En junio, Fitch Ratings ubicó la calificación crediticia de Pemex en grado especulativo. Si bien, no se estiman más cambios en la nota de la petrolera lo que resta del 2019, en el primer trimestre del próximo año pueden venir modificaciones.
En el plano internacional, temas como la guerra comercial entre Estados Unidos y China y, recientemente, las tensiones con la Unión Europea y el juicio político al que se puede enfrentar Donald Trump, presidente estadounidense, puede sembrar temor entre los inversionistas, quienes buscarán activos de refugio como los treasuries.