Mayra González cumple su primer mes como directora general de ventas globales para Nissan y la labor no será poca para una de las tres mujeres que ocupan un cargo ejecutivo en la automotriz japonesa.
La empresa transita por terreno complicado donde la prolongada disputa con Renault por la estructura corporativa, su gasto en el desarrollo de automóviles eléctricos y la desaceleración de los envíos mundiales de sus unidades, en especial a los Estados Unidos, han afectado sus finanzas.
Tan sólo en el trimestre finalizado el 30 de junio de este año, las ventas netas de la compañía cayeron 12.7%, comparadas con el mismo lapso del año anterior, porcentaje no visto desde la crisis financiera mundial de 2008
En tanto, el beneficio neto de la compañía se desplomó 94.5% en el mismo periodo y su flujo operativo (EBITDA por sus siglas en inglés) se contrajo 35.1%, de acuerdo con el más reciente reporte de Nissan enviado a la Bolsa de Valores en Tokyo.
Hasta ahora nuestras ganancias son pobres, pero en este año fiscal y en los dos siguientes nos recuperaremos. Apostaremos por la electrificación de los vehículos y nuevas medidas para la movilidad
dijo Hiroto Saikawa, CEO de Nissan en conferencia por su último informe trimestral.
Añadió que se apoyará de su comité ejecutivo, la mitad del cual fue renovado para enfrentar con liderazgo los nuevos retos de la compañía.
Mayra González es parte de la sangre nueva que corre por Nissan y que tendrá la encomienda de incrementar las ventas de autos, al mismo tiempo que se enfrenta con una reducción en la producción de autos del 10% en todas sus plantas distribuidas por el mundo y de un recorte de 12,500 trabajadores.
La estrategia en la que se enfocará será la recuperación en el mercado estadounidense, el mejoramiento en la eficiencia operacional y de inversión, además de sus nuevos productos tecnológicos para la movilidad.
Camino cuesta arriba para González
Pese a contar con un camino definido para sacar a Nissan del ‘bache’, González tiene un arduo camino por delante.
Analistas observan un difícil entorno para la automotriz, en el que sus ganancias se verán afectadas en los próximos trimestres por la reducción de su capacidad de producción en un intento por lograr un crecimiento sostenible de sus ganancias a largo plazo.
“La reducción gradual de Nissan en la capacidad de producción mundial anual a 6.6 millones de unidades para 2022, de las 7.2 millones que produce actualmente, puede dar lugar a la cancelación de algunas de sus plantas y equipos que dañarían sus márgenes”, dijo Steven Man, analista en Bloomberg Intelligence.
La firma cuenta con alrededor de 35 armadoras distribuidas en diferentes países. México es cede de tres de sus armadoras, dos ubicadas en el estado de Aguascalientes y una en Morelos.
Man añadió que los despidos de su personal también pueden presionar a la Nissan, porque requerirá de una reserva de efectivo para indemnizar a los trabajadores.
Por su parte, Kevin Kim, analista de Bloomberg Intelligence, comentó que otro factor que presiona a la compañía es el choque que tiene con la automotriz francesa Renault, después de la expulsión en enero del expresidente y CEO, Carlos Ghosn.
“El posible rechazo de Nissan a la propuesta de fusión de Renault podría dar otro golpe a su alianza ya tensa, que se ha centrado en reducir costos y podría obstaculizar el impulso de electrificación del fabricante japonés”, dijo Kim.
En 1999, Renault y Nissan concretaron una alianza comercial y ese mismo año la francesa compró cerca del 37% de las acciones de la japonesa. Fue en ese momento en que Ghosn pasó de formar parte de Renault a ser presidente y CEO de Nissan hasta su destitución a inicios de este año.