El Senado de Francia dio su aprobación final a un impuesto a las grandes empresas de tecnología, conocida como ‘tasa Google’, lo que podría abrir un nuevo frente en la disputa comercial entre Washington y la Unión Europea.
El gravamen del 3% se aplicará a los ingresos procedentes de los servicios digitales prestados en Francia por empresas que generen un volumen de negocio superior a los 25 millones de euros en el mercado galo y 750 millones de euros (unos 845 millones de dólares) en todo el mundo. Una vez en vigor, tendrá efectos retroactivos desde principios de 2019.
El presidente Donald Trump ordenó ayer abrir una investigación sobre la tasa, un paso que podría llevar a Estados Unidos a imponer nuevos aranceles u otras restricciones comerciales.
“Entre aliados podemos y debemos resolver nuestras disputas no mediante amenazas, sino a través de otras vías”, dijo a los senadores el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, antes de la votación final. “Francia es un país soberano, sus decisiones en materia fiscal son soberanas y seguirán siéndolo”.
Francia siguió adelante con la ‘tasa Google’ después de que los países de la UE no lograron acordar un impuesto único para todo el bloque ante la oposición de Irlanda, Dinamarca, Suecia y Finlandia.
Otros países del bloque como Austria, Reino Unido, España e Italia han anunciado también planes para sus propios impuestos digitales.
De acuerdo con analistas, la medida es necesaria porque las grandes multinacionales de Internet como Facebook y Amazon pueden declarar sus utilidades en países con sistemas impositivos menos estrictos, sin importar de dónde provengan los ingresos.
Con información de Reuters