El proyecto de Cobro Digital (CoDi) de Banco de México (Banxico) avanza conforme a lo planeado; sin embargo, se avizora que, para cumplir con la meta de masificación, las autoridades tendrán que emprender una cruzada para bancarizar a los pequeños comercios del país.
Comerciantes que dependen del efectivo para realizar pagos a sus proveedores de productos son el primer fuerte a vencer, además de aquellos que consideran excesivas las comisiones de los bancos por manejo de cuentas.
Tener acceso a una cuenta bancaria es uno de los requisitos para que comerciantes y consumidores puedan acceder a CoDi, el otro, es contar con un dispositivo móvil con acceso a internet, en el que instalará la aplicación que desarrolló Banxico.
Para la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), que sus asociados utilicen los códigos QR como medio de cobro parece lejano, sobre todo en los comercios que tienen que reponer de forma inmediata sus inventarios, como las tiendas de abarrotes.
El modelo de negocio del pequeño comercio no funciona sin efectivo, esta digitalización implicaría que hubiera un vínculo con las cuentas bancarias de los proveedores para hacer los pagos. Además, hay resistencia del sector porque tener una cuenta con el banco genera un costo, y los comercios no pueden absorber ese gasto
dijo en entrevista Cuauhtémoc Rivera, presidente de la ANPEC.
Banco de México considera que CoDi abonará a la inclusión financiera al permitir que los comercios, como las tienditas de la esquina, puedan aceptar pagos electrónicos sin costo, mientras que la banca podrá ofrecer servicios financieros a la medida de cada persona.
En el país, de 79.1 millones de adultos, 68% cuenta con un producto o servicio financiero, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) más reciente de INEGI y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
En tanto, del total de 2.3 millones de micro, pequeñas y medianas empresas del giro comercial, solo 13% aceptan pagos con algún tipo de tarjeta o cheques y 8.3% acepta transferencias bancarias, transferencias electrónicas de fondos (TEF) o SPEI, de acuerdo con datos de INEGI.
Fiscalización, la otra barrera
En el mercado existe una diversidad de ofertas por parte de la banca comercial orientadas a las pequeñas y medianas empresas, que ofrecen la apertura de cuentas sin establecer saldos promedioo cobros por gestión de cuenta, pero en algunos casos los comercios no cumplen con algunos requisitos para la apertura, entre ellos el Registro Federal de Contribuyentes (RFC).
Afiliarse al sistema puede ser complicado para los comercios porque hay que registrar una cuenta corriente, y este registro puede generar duda sobre si Hacienda tendrá el control de los cobros, por ello debe haber una campaña muy clara para explicar en qué consiste
dijo Mario Di Constanzo, expresidente de la Comisión Nacional para la Protección de Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Con la reforma fiscal de 2014, las autoridades crearon el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) para llevar a la formalidad personas físicas que realizan una actividad comercial o prestan algún servicio que no requiere título profesional, entre los que se consideran a los dueños de tiendas de abarrotes, papelerías, carnicerías o locatarios de un mercado.
A abril de este año, el padrón de Servicio de Administración Tributaria (SAT) registró a 76.9 millones de contribuyentes, de los cuales, 5.2 millones operan bajo el RIF.
El tema detrás del banco es Hacienda, el RIF aún no ha sido acogido por el sector, ya que no todos los proveedores a este nivel de negocio entregan factura. Además, registrarse también exige llevar un contador; esos son obstáculos para que el mundo electrónico llegue al pequeño comercio
comentó Cuauhtémoc Rivera.
No obstante, CoDi tiene a su favor que será una herramienta sin costo para transacciones menores a 8,000 pesos, dado que en los pequeños comercios los ingresos por ventas diarias son en promedio de 1,000 pesos, de acuerdo con datos de ANPEC.
Para los especialistas consultados, el éxito de CoDi en los pequeños negocios dependerá de las campañas de educación financiera que emprendan las autoridades financieras, como Bansefi y Condusef, y de la seguridad que ofrezca el servicio digital.