Los aranceles no son las únicas medidas de China para hacer frente a la guerra comercial con Estados Unidos. El país asiático tiene un arsenal para contener la disputa en caso de que se prolongue.
Las medidas van desde boicotear a empresas estadounidenses hasta limitar el número de turistas chinos que viajan a Estados Unidos.
Tras la imposición de aranceles de Estados Unidos a partir del 10 de mayo a productos chinos con valor de 200,000 millones de dólares, China respondió con el incremento de 5 a 25% de aranceles a la importación de 5,140 productos provenientes de Estados Unidos y que entrarán en vigor el 1 de junio.
En el intercambio comercial entre ambas economías, China importa casi cuatro veces menos productos estadounidenses de los que exporta hacia Washington, por lo cual resulta complicado responder con la misma intensidad a las sanciones comerciales del presidente Donald Trump.
Penalizar empresas estadounidenses
El iPhone X, los automóviles Buick, las cafeterías Starbucks y las producciones de Hollywood son algunos de los productos estadounidenses mejor vendidos en China. Además, el fabricante autos eléctricos Tesla planea instalar plantas.
China puede vengarse con las empresas estadounidenses activas en su territorio (…), puede imponer exigencias reglamentarias, retrasar el tránsito por aduanas o imponer controles sanitarios y fiscales más severos,
señaló en una nota Barry Naughton, profesor de Economía en la Universidad de California.
No obstante, el plan puede impactar negativamente la imagen reformista y abierta que Beijing se esfuerza en proyectar al mundo.
Boicot a compañías
China también podría boicotear a firmas estadounidenses, lo que sería un fuerte golpe para grupos como General Motors, que vende más automóviles en China que en América del Norte.
El 54% de chinos afirma que probablemente o seguramente dejaría de consumir ciertas marcas, según una encuesta del Financial Times publicada en julio de 2018.
Las campañas contra empresas de Japón en 2012 o Corea del Sur el año pasado provocaron un colapso del 50% en las ventas de las marcas automovilísticas de ambos países en un mes,
indicó el analista Mark Williams, de Capital Economics.
El riesgo de esta estrategia es que podría perjudicar a millones de ciudadanos chinos empleados en compañías estadounidenses y en asociados locales.
Impedir fusiones y adquisiciones
Beijing no dio el visto bueno a la fusión del fabricante estadounidense de microprocesadores Qualcomm y la compañía holandesa NXP, poniendo así un alto a esta transacción comercial de alcance global.
Debido a las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, Qualcomm se vio obligada a retirar su oferta de compra, estimada en 44,000 millones de dólares. La transacción debía ser aprobada en nueve mercados distintos y solamente faltaba Beijing.
El factor Boeing
China es clave para el fabricante de aviones estadounidense, que vende un cuarto de sus productos en ese país, donde la gran mayoría de las aerolíneas son controladas por el gobierno.
La compañía aeronáutica podría ser un blanco específico en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, según el Global Times.
Durante la sesión del lunes el precio de las acciones de Boeing cayeron 4.88% por el comentario del medio y se cotizaron en 337.37 dólares en la bolsa de Nueva York.
Devaluar el yuan
El Banco Central Chino podría devaluar su moneda para apoyar a las empresas exportadoras chinas.
La opinión general es que Beijing no orquestó la caída del yuan frente al dólar, sino que fue simplemente un resultado de las tensiones comerciales.
Disminuir el precio del yuan de manera prolongada podría provocar importantes fugas de capital fuera del país, algo que las autoridades chinas quieren impedir a todo precio.
Estudiantes y turistas
Beijing podría tratar de limitar el número de estudiantes y turistas que van cada año a Estados Unidos, restringiendo, por ejemplo, el número de paquetes de viaje organizados.
En 2018, China envió a 350,000 estudiantes a Estados Unidos, quienes representaron un tercio de los universitarios extranjeros residentes en el país.
Incluso, la cantidad total de gastos de chinos en turismo o en educación en Estados Unidos se acerca al de las importaciones chinas de soya o de aviones estadounidenses.
Deuda estadounidense
Con menos probabilidades de que suceda, el gobierno de China, que posee deuda de Estados Unidos, podría venderla, no obstante analistas dieron por descartada esta medida.
El gigante asiático es el principal poseedor de la deuda estadounidense, valuada en 1.2 billones de dólares.
Sin embargo, vender una gran parte de ella sería riesgoso, ya que cualquier desestabilización de los mercados podría devaluar los bonos de tesoro que posee Beijing.