La llegada a México de plataformas digitales como UberEats, Rappi o Sin Delantal logró atender a un sector de la población que busca la forma de obtener ingresos extra o un trabajo temporal, pero también agudizan la precariedad laboral al no ofrecer prestaciones laborales mínimas a sus repartidores.
La precariedad laboral permite que los empleados desempeñen sus labores en condiciones vulnerables al no contar con garantías de seguridad y certidumbre en sus trabajos, dado que no tienen un contrato o acceso a servicios de seguridad social o pensiones.
Estamos dejando a estos trabajadores sin prestaciones laborales como el seguro social, no tienen derechos ante la dificultad de probar una relación de subordinación ante un patrón y por ello urge comenzar a regular porque vamos a tener un país de viejos pobres
Ricardo Martínez, socio fundador del despacho de abogados De la Vega y Martínez.
UberEats, Rappi o Sin Delantal, por mencionar algunas, son plataformas de software que conectan a usuarios con repartidores, quienes hacen entregas generalmente de alimentos y reciben un pago por cada viaje que realizan con su propio vehículo.
En México, las personas que buscan sumarse a estas plataformas deben registrarse ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) bajo el régimen de personas físicas con actividad empresarial y profesional. Esto significa que no cuentan con un contrato laboral porque pertenecen al sector que ofrece servicios a terceros.
El SAT tenía un registro de 71.79 millones de contribuyentes en 2018, de los cuales 3.43 millones estaban registrados bajo el régimen de actividad empresarial y profesional.
En tanto, de los más de 54.19 millones de trabajadores que había en México al cierre del año pasado, más del 60% no tiene acceso a servicios de salud, de acuerdo con datos de la a Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI.
Ante la flexibilidad del esquema de autoempleo que ofrecen estas plataformas, la mayoría de los conductores y repartidores son hombres jóvenes con un nivel escolar medio superior que buscan ingresos extra y flexibilidad de horario, de acuerdo con la OIT.
Estos modelos encajan con la prestación de un servicio y hay muchas personas que ven en su esquema una ventaja. Estas modalidades de contratación están dentro de la ley aunque, una desventaja es que no cuentan con prestaciones como la seguridad social
Héctor Márquez Pitol, director de desarrollo comercial y relaciones comerciales de ManpowerGroup.
Bajo estas condiciones y sin una regulación, en un futuro las plataformas digitales podrían impulsar una generación de ‘jornaleros digitales’, de acuerdo con el informe ‘Trabajar por un futuro prometedor’, de la OIT.
En el documento, la OIT recomienda establecer un sistema de gobernanza internacional de las plataformas digitales del trabajo, que exija respetar determinados derechos y otorgar protecciones mínimas a los trabajadores.
La recomendación se da en medio de la discusión de una reforma laboral en México, la cual se encuentra en la Cámara de Diputados, con la que se busca revertir la precarización de las condiciones laborales y aunque no alcanza a regular las plataformas digitales, da oportunidad para que los empleados puedan probar su reconocimiento como tales.
Vamos a necesitar una segunda generación de reformas laborales en donde la regulación de estos esquemas de trabajo sí va a estar presente para garantizar que no se conviertan en una forma de abaratar el trabajo
dijo Alfonso Bouzas, investigador de temas laborales en la UNAM.
En la actualidad es complicado saber el número de personas que se emplean en estas plataformas porque los datos no son públicos, aunque en México, el número de empleados independientes fue de 14.73 millones al cierre de 2018.