Ante la llegada latente de una nueva caravana de migrantes provenientes de Centroamérica, la administración federal, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador aplicaría la misma fórmula que sus antecesores: una política reaccionaria.

Entrevistado por El CEO, el activista del Movimiento Migrante Mesoamericano, Rubén Figueroa aseguró que la reciente determinación de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero de poner en marcha una serie de medidas que permitirán el acceso “ordenado y sin violencia” de cientos de migrantes al país, no es más que una respuesta que forma parte de una política reaccionaria.

Lo que estamos viendo es una reacción ante una posible caravana, una reacción diferente a la que tuvo el sexenio anterior, pero a fin de cuentas, una reacción

El pasado lunes 7 de enero, Olga Sánchez Cordero alertó de una quinta caravana conformada por migrantes centroamericanos que llegaría a los límites de la frontera sur del país, a mediados de mes, con la intención de ingresar a México.

Ésta se sumaría a las cuatro caravanas más que desde noviembre de 2018 esperan luz verde del gobierno de Estados Unidos en ciudades fronterizas de México.

La titular de Gobernación aseguró que como parte de la “nueva política migratoria” de la administración de López Obrador se permitirá el acceso de los migrantes a condición de que ésta sea de manera  “ordenada”, “sin violencia” y “regulada”, medidas que se basarán principalmente en que los migrantes presenten solicitudes de asilo, así como documentos.

Además se anunció el reforzamiento con cuerpos de seguridad de los 12 puntos de ingreso legal al país y de otros 379 cruces ilegales recién detectados.

Figueroa criticó que estas medidas son contrarias a la política migratoria que buscan organizaciones pro derechos de los migrantes y activistas en la materia, es decir, una política humanitaria y a largo plazo.

Cuando hablamos de políticas humanas, hablamos de leyes humanas apegadas al marco internacional, a la realidad. El marco jurídico actual presenta vacíos legales: no fomenta la investigación de los delitos cometidos contra los migrantes, ni de acceso a la justicia, ni de prevención del delito contra los migrantes

El activista también añadió que la actual Ley de Migración no se aplica ni por el Instituto Nacional de Migración  (INM), ni la Comisión Mexicana para la Atención a Refugiados (Comar), las dos principales instituciones en la materia; tampoco la retoman las fuerzas de seguridad pública enviadas a las fronteras a tratar cara a cara con los migrantes.

Incluso, asegura Figueroa, son éstas las que en su conjunto cometen violaciones a los derechos humanos de los migrantes.

Las leyes tienen que llegar a las instituciones de gobierno que tienen interés en la materia. De nada sirve (tener un marco jurídico) si no se respeta esa misma ley, de nada sirve, sigue quedando en la parte reaccionaria (…) lo que queremos es que esa política migratoria avance y penetre a las instituciones, llegue a las instituciones de migración

Finalmente insistió en que la nueva administración debe posicionar el tema migratorio en la agenda nacional y evitar reaccionar “de manera sumisa” ante Estados Unidos.

“La política migratoria deber tener un papel más relevante; el tema es de tan alto nivel en Estados Unidos, pero en México no se ha tocado con el papel que debería tener, han evadido esa parte”, concluye Figueroa.