Los precios al consumidor en Estados Unidos cayeron en diciembre por primera vez en nueve meses debido a un desplome en los costos de energía, que tuvieron su mayor caída en casi tres años.
El Departamento del Trabajo informó este viernes que su índice de precios al consumidor cayó 0.1% el mes pasado, respecto a noviembre, la primera baja y la lectura más débil desde marzo de 2018.
Por qué es importante: Estos datos sugieren que la inflación está contenida alrededor del objetivo de la Fed, con precios sostenidos por salarios cada vez más altos y una guerra arancelaria con China, lo que podría darle ‘luz verde’ a las estimaciones del banco central de no elevar las tasas hasta marzo.
Los precios de los energéticos retrocedieron 3.5%, su mayor caída desde febrero de 2016, detalló Bloomberg, mientras que el precio de la gasolina se desplomó 7.5%.
Las lecturas de inflación de diciembre estuvieron en línea con las expectativas de los analistas.
El presidente de la Fed, Jerome Powell aseguró ayer que podría ser paciente para un nuevo aumento en la tasa, ya que “la inflación es baja y está bajo control”, agregó.
Los datos muestran que las presiones inflacionarias subyacentes permanecían altas ante un incremento sostenido de los costos de la vivienda y de la salud.
En los 12 meses hasta diciembre, el IPC subió 1.9% tras escalar 2.2% interanual en noviembre.
Con información de Reuters