En su afán por reforzar el sector automovilístico, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este martes a ejecutivos de las tres principales productoras alemanas de autos, en medio de los esfuerzos de Washington y Bruselas para resolver la crisis bilateral por aranceles que existía previamente en el sector.
“El presidente compartió su visión de que todos los fabricantes de automóviles que producen en Estados Unidos crean un entorno de negocios más amigable”, comunicó la Casa Blanca en un posicionamiento oficial tras la reunión.
De acuerdo con funcionarios del gobierno, Trump buscó alentar a las automotrices a producir más en Estados Unidos, donde ya son fabricantes importantes.
Washington y Bruselas dieron tregua a su batalla arancelaria en julio, luego de que Trump amenazara con fijar nuevos impuestos a las importaciones de automóviles europeos, citando razones de seguridad nacional.
BMW, que cuenta con una planta en Carolina del Sur, una de las más importantes que tiene en Estados Unidos, comentó que la reunión fue “constructiva”, pero que la responsabilidad de la política comercial internacional “recae únicamente en las instituciones políticas más relevantes”.
La compañía planea contratar a 1,000 nuevos operadores que se sumen a los 10,000 que al momento trabajan en la planta. Además considera agregar una segunda fábrica en ese país.
Funcionarios de Daimler y Volkswagen -que recientemente anunció una posible asociación energética con la estadounidense Ford-, también asistieron al encuentro.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, comentó más temprano que el objetivo del encuentro era reducir el déficit comercial que Estados Unidos mantiene con Alemania en el comercio de vehículos de autopartes, que asciende a 30,000 millones de dólares.
Este déficit es casi la mitad de los 66,000 millones de dólares que tiene con Europa en ese rubro.
“Tratamos de reunirnos para que aumenten su producción en Estados Unidos”, dijo Ross a la cadena CNBC, antes de su encuentro con los alemanes.
Trump inicialmente no tenía previsto recibir a los empresarios pero la secretaria de prensa, Sarah Sanders, anunció que tendría una “breve reunión” con Herbert Diess, de Volkswagen, Dieter Zetsche, de Daimler, y Nicolás Peter, de BMW.
Trump amenazó durante meses con imponer aranceles a los autos importados, lo cual impactaría a Alemania. Sin embargo prometió no dar pasos contra la Unión Europea mientras negocia sus diferencias comerciales con Bruselas tras el acuerdo de julio.
“El presidente, como saben, dijo que no impondrá aranceles a los coches europeos mientras las negociaciones progresen. De manera que todo será de acuerdo a lo que vaya ocurriendo en las negociaciones”, dijo Sanders.
Con información de AFP