Kiev y Moscú viven su primera confrontación militar abierta desde la anexión de Crimea por parte de Rusia en marzo de 2014; así como el inicio de un conflicto armado en el este de Ucrania entre las fuerzas ucranianas y separatistas prorrusos, que ha dejado más de 10,000 muertos.

Petro Poroshenko,  presidente de Ucrania, aludió este martes a “la amenaza de una guerra total con Rusia” que aseguró ha venido aumentando de manera drástica su presencia militar en la frontera, teniendo como consecuencia una escala en la tensión existente desde la captura de buques ucranianos en el mar Negro.

Ante esto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aumentó el tono frente a su homónimo ruso, Vladimir Putin y amenazó con anular el acuerdo previsto en la cumbre del G20 en Argentina, que se llevará a cabo el 30 de noviembre.

El informe sobre la situación que le darán próximamente sus asesores de seguridad nacional “será determinante”, dijo Trump al Washington Post. “Tal vez no tendré esa entrevista con Putin” mencionó el mandatario.

“No me gusta esta agresión, no quiero agresiones” continuó Trump, a quien se suele catalogar como demasiado conciliador con Moscú.

El principio del fin

El incidente entre los guardacostas rusos y los buques ucranianos se produjo en el mar Negro el domingo, cuando los buques intentaban ingresar en el estrecho de Kerch para llegar al mar de Azov, una ruta marítima crucial para las exportaciones de cereales o acero producidos en el este de Ucrania.

Los guardacostas rusos, que dependen de los servicios de seguridad, controlaron por la fuerza a dos patrulleras y un remolcador ucranianos, acusándolos de haber entrado ilegalmente en las aguas territoriales rusas y capturaron a una veintena de marinos a bordo.

Veinticuatro marineros ucranianos fueron detenidos al ser acusados de haber atravesado ilegalmente la frontera rusa. De estos, solo 12 fueron puestos en “detención provisional hasta el 25 de enero -el resto comparecerá el miércoles ante un juez- conforme a una decisión del tribunal de Simferopol, capital de Crimea.

Desde 2014, la cantidad de soldados en Crimea se triplicó, el de los blindados se quintuplicó, y el de la artillería se multiplicó por diez según datos de los servicios ucranianos de inteligencia.

“Ucrania está frente a la amenaza de una guerra total con la Federación rusa”, afirmó Poroshenko, quien afirmó  trató de hablar con Putin sin obtener respuesta.

Rusia calificó el incidente de “provocación”, mientras que Ucrania denunció un “acto de agresión”.

“No recibimos respuesta. Y me vi obligado” a pedir a la canciller alemana, Angela Merkel, “hablar con Putin” sobre este incidente, añadió el jefe de estado ucraniano.

En respuesta a lo sucedido, Ucrania instauró la ley marcial en esas regiones fronterizas por un mes,

La injerencia internacional

La instauración de la ley marcial -una legislación que permite la excepción de aplicación de normas y otorga a las fuerzas armadas y a la policía facultades extraordinarias en cuanto a la administración del orden público- se aplicará a partir del miércoles por la mañana en más de 12 regiones fronterizas de Ucrania y permitirá a las autoridades ucranianas movilizar durante un mes a la población, controlar los medios y limitar las reuniones públicas.

Putin considera que “es evidente que todo ello se hizo en relación a la campaña electoral en Ucrania”, cuya elección presidencial está prevista para la primavera boreal 2019 y asegura que actúo conforme a derecho internacional, acusando a Kiev de buscar pretextos para reforzar las sanciones de la Unión Europea y de Washington contra Rusia.

La Unión Europea estudiará si se establecen nuevas sanciones durante una reunión en diciembre.

El Departamento de Estado estadounidense calificó las acciones de Rusia de “peligrosa escalada” y dijo que Washington quiere ver a sus “aliados europeos hacer más para ayudar a Ucrania”.

Francia, por su lado, pidió a las partes que “tranquilicen” la situación.

 

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