“¡El mundo es un lugar muy peligroso!” fue la frase con la que Donald Trump decidió iniciar su posicionamiento frente a Arabia Saudita.

El mandatario dijo que Estados Unidos tiene la intención de seguir siendo un “socio firme” de Arabia Saudita, pese a que el príncipe heredero Mohammed bin Salman haya podido tener conocimiento del asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

“Nuestras agencias de inteligencia siguen evaluando toda la información, pero podría ocurrir que el príncipe heredero haya tenido conocimiento de este trágico evento, quizás sí lo tuvo, quizás no”, explicó Trump en un comunicado emitido por la Casa Blanca.

Apenas el jueves pasado el gobierno estadounidense impuso sanciones económicas sobre 17 funcionarios sauditas por su presunto papel en el asesinato, pero las sanciones no apuntaron al gobierno de la nación petrolera.

El mandatario destacó la inversión de 450,000 millones de dólares en EU a la que Arabia Saudita se comprometió el año pasado y dijo que no tenía intención de cancelar los contratos militares con Riad. “Si cancelamos tontamente estos contratos, Rusia y China serían los grandes beneficiados”, aseguró.

Arabia Saudita es uno de los principales productores de crudo del mundo y un aliado estrecho de Estados Unidos para contrarrestar el poder iraní en Oriente Medio, lo que, advierte Foreign Affairs, podría hacer que se repita lo ocurrido con Saddam Hussein.

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