Factores como la consulta por la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México o la turbulencia en los mercados internacionales, parecen no desanimar a los inversionistas extranjeros, que continúan con la compra de activos mexicanos.
La tenencia de deuda gubernamental, o los llamados capitales golondrinos, en manos de extranjeros, sumaron 2.14 billones de pesos al 17 de octubre, un aumento de 40,967 millones de pesos (mdp) frente al cierre de 2017. Los extranjeros poseen 31.58% del total de estos activos en circulación, de acuerdo con Banco de México.
La compra de los Cetes (bonos a corto plazo) avanzó en 44,672 mdp a un total de 291,651 mdp. Mientras que la tenencia de Bonos a largo plazo subió en 17,520 mdp a 1.79 billones. Contrario a esto, la tenencia de Udibonos (ligados a la inflación) ha caído en 20,825 mdp ante menores preocupaciones por los precios al consumidor.
Lo interesante es que con tanta volatilidad en los mercados, la tenencia luce bastante estable (…) Hoy el extranjero en cuanto a este tipo de instrumentos piensa dos veces antes de moverse
Jorge Gordillo, director de análisis económico de CI Banco.
Lo anterior porque cuando los inversionistas foráneos entran a este mercado lo hacen con una cobertura cambiaria. Es decir, traen dólares y los convierten a pesos para invertirlos en la tasa local y después lo convierten en dólares.
“Hemos visto una recuperación bastante importante desde septiembre, por la mayor estabilidad de los activos locales contra la volatilidad de emergentes, aunque el peso ya se ha contagiado bastante, hay una diferenciación y continuará sólida la tenencia de Cetes y Bonos”, dijo Santiago Leal, subdirector de estrategia de tipo de cambio de Banorte Casa de Bolsa.
Una tasa de interés atractiva y la estabilidad de la moneda local son clave para mantener el atractivo de la deuda mexicana.
Los riesgos para el gobierno de AMLO
Los capitales financieros o golondrinos, son activos que deben seguirse de cerca, ya que suelen salir ante cualquier evento de alta volatilidad y su salida ocasiona ajustes en activos clave como la tasa de interés, los precios de los bonos, el peso mexicano, así como el mercado accionario.
Por ejemplo, en el 2016 los extranjeros se deshicieron de 20,612 mdp de estos activos, la mayor cifra desde 1995.
En este sentido, el directivo de CI Banco, comentó que la tenencia de estos activos debe ser vigilada de cerca por el próximo gobierno debido a los montos que están en juego.
Agregó que, entre los elementos que realmente generarían una salida de capitales destacan una disminución el calificación de Pemex y no temas coyunturales.
En días pasados, la calificadora Fitch cambió su perspectiva para la calificación crediticia de Pemex a ‘negativa’ desde ‘estable’, argumentó que refleja el continuo deterioro del perfil crediticio de la empresas y dijo que los cambios en la estrategia de negocios podrían acelerar el debilitamiento de la estructura de capital de la empresa.
El anuncio se dio un día después de que Moody’s advirtió que el plan del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para revertir en el mediano plazo las exportaciones de crudo de Pemex es negativo para la calidad del crédito de la empresa y del país.
“Si le bajan la calificación veríamos una caída en la tenencia, porque dirían (los inversionistas) que a Pemex le sigue el gobierno por lo ligados que están, o una llamada de atención de las calificadoras sobre la deuda, ese tipo de cosas son las que impactarían esta variable, no decisiones de inversión u otras cosas que puedan ser muy mediáticas”, dijo Gordillo.
Santiago Leal, comentó que no ve una afectación en términos de tenencia de valores gubernamentales por un cambio de administración.