Una de las próximas batallas de Andrés Manuel López Obrador será el sindicalismo, que ha creado líderes gremiales rodeados de escándalos. El presidente electo ha designado como la elegida para hacer frente a ese tema a la secretaria más joven de su gabinete: Luisa María Alcalde.
Fortalecer la contratación colectiva en beneficio del trabajador y erradicar los contratos de protección patronal son dos de las principales propuestas con las que la próxima administración busca cambiar los intereses más antaños del sistema.
Desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), la abogada y maestra en derecho laboral de 31 años tendrá que hacer frente a los poderosos líderes que han logrado construir aparatos de poder que los volvieron intocables mediante el esquema conocido como corporativismo o charrismo sindical.
Previo a la entrada en funciones del gobierno lopezobradorista, el tabasqueño ha dicho que respetará la autonomía sindical y el voto libre para elegir a sus líderes. En ese mismo sentido se ha expresado Alcalde, quien incluso ha explicado que no será su tarea ni poner, ni quitar, ni mantener a los dirigentes.
La futura secretaria del trabajo descartó el involucramiento al interior de los gremios e indicó que promoverán los cambios desde el Estado de Derecho, respaldados por la ley, para que el trabajador conduzca sus sindicatos, se rindan cuentas y se evite extorsión a empresas.
Expertos en el tema ven dos escenarios posibles: uno, que venga una democratización de la política laboral donde los trabajadores puedan recuperar sus derechos y control, y otro donde ocurran cambios surgidos de negociaciones políticas que tratarán de llevar procesos tersos y sin confrontación.
Viene un cambio radical: regresar los sindicatos a los trabajadores. Por un lado (AMLO) ha expresado su interés de terminar con el sindicalismo corporativo, por otro ha promovido que se instrumente la reforma reglamentaria al artículo 123, en esas condiciones es obligado que se democratice el mundo del trabajo
Alfonso Bouzas, experto en sindicalismo en México
El doctor en derecho social por la UNAM agrega que se vislumbra un mejor escenario para el sindicalismo auténtico, ya que existe un compromiso de López Obrador con la clase trabajadora, uno de los motivos que lo llevó al triunfo el 1 de julio.
En contraparte, el politólogo Juan Pablo Galicia ve que en el próximo sexenio podrían llegar cambios, pero que surgirán bajo negociaciones para tener transiciones tersas, sin problemas ni conflictos con los gremios sindicalistas y sus líderes.
El analista sostiene su versión con dos factores. El primero, que en el periodo de transición López Obrador ha llevado la fiesta en paz con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), a quienes incluso ha prometido que cumplirá con una de sus exigencias: darle marchas atrás a la Reforma Educativa.
La segunda es colocar a Luisa María Alcalde al frente de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), ya que al poner a alguien con un perfil con menos experiencia y de su círculo más cercano da una señal de diálogo con los viejos sindicatos, factor muy diferente si el nombramiento fuera de algún “viejo lobo de mar” en el tema gremial, ya que ahí la señal sería de choque.
Andrés Manuel tratará de generar las condiciones para que exista una renovación en los liderazgos de los sindicatos. El fin de la era Romero Deschamps podría llegar pero no como un golpe de autoridad como lo fue con ‘La Quina’ o Elba Esther, será una salida negociada
Juan Pablo Galicia, politólogo
Principales líderes sindicalistas
- Carlos Romero Deschamps, líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) desde 1993
- Víctor Flores, líder del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM) desde 1995
- Francisco Hernández, líder del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) desde 1976
- Víctor Fuentes del Villar, líder del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) desde 2005
- Carlos Aceves del Olmo, líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) desde 2016
- Joel Ayala Almeida, líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) desde 1998
- Juan Díaz de la Torre, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) desde 2013
El Convenio 98, inicio del choque
Hace un par de semanas se ratificó en el Senado el Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), promovida por Napoleón Gómez Urrutia, otro personaje del sindicalismo. Morena y las otras bancadas, con excepción del PAN, lo avalaron en fast track.
“Es uno de los hechos más importantes de la política laboral. Teníamos años de que se debió haber ratificado pero no se hizo por otros intereses como que no le convenía al corporativismo sindical, ahora que comienzan a perder poder se da paso al convenio que garantiza democracia sindical y contratos colectivos auténticos”, considera Bouzas, experto en temas laborales.
Aunque el hecho ocurrido en el Legislativo levantó las primera quejas, ejemplo de ello el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) que incluso ya anunció que acudirá ante la OIT para rechazar la forma en que se avaló.
“Rechazamos que el Senado busque tomar determinaciones que afectan fundamentalmente a la relación entre trabajadores y empleadores en un trámite apresurado, violando así lo dispuesto en el Convenio 144 de la OIT, que establece la necesidad de instrumentar consultas efectivas entre gobierno, y las organizaciones más representativas de los empleadores y de los trabajadores”, indicó en un comunicado el organismo presidido por Juan Pablo Castañón.
Mientras que Carlos Aceves, líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), indicó tras la votación, la cual apoyó: “creemos firmemente que se debió consultar previamente a los interesados en dicha materia, es decir, los sectores obrero y empresarial”.
La nueva época política que se vivirá en México ha comenzado con el movimiento en el ámbito laboral y sindical, el cual aunque en el discurso López Obrador ha prometido transformaciones, como acabar con la corrupción, lo cierto es que el enquistamiento del corporativismo será un gran obstáculo al que se enfrentará.