Uber y Lyft, que enfrentan una creciente presión para clasificar a sus conductores como empleados en California, analizan otras opciones, según revelaron fuentes a The New York Times.

Una de las opciones que ambas compañías discuten es la de otorgar licencias de sus marcas a operadores de flotas de vehículos en California, Estados Unidos.

Esta opción supondría migrar a un esquema de franquicia operada de forma independiente, lo que permitiría a Uber y Lyft mantener una asociación independiente con los conductores para que las empresas no tuvieran que emplearlos y pagarles como tal.

Lyft ha presentado el plan a su junta directiva, mientras que Uber, que ya trabaja con operadores de flotas en Alemania y España, también está familiarizado con el modelo de negocio.

Sin embargo, las fuentes revelaron que aún ninguna de las empresas se ha comprometido con los planes de franquicia.

Uber y Lyft están a la espera de ver cómo se desarrolla primero la situación legal de California en torno a los conductores, que han sido tratados como contratistas independientes.

El trabajo para establecer flotas es una propuesta a explorar, pues Uber “no está segura si un modelo de flota sería viable en California”, aseguró Matt Kallman, un portavoz de  Uber.

Por su parte Julie Wood, portavoz de Lyft, dijo que la compañía había buscado modelos alternativos aunque se inclina por un enfoque en el que los conductores son independientes y pueden trabajar cuando lo deseen, al mismo tiempo que reciben beneficios adicionales de atención médica y una garantía en ingresos.

En ese contexto, los gigantes del transporte público evalúan cómo reestructurar sus negocios mientras lidian con una nueva ley de California, el Proyecto de la Ley 5 de la Asamblea, que podría cambiar sus servicios.

La ley podría obligar a Uber y Lyft a categorizar a los conductores como empleados si se demuestra que los trabajos de los conductores son parte del negocio principal de estas empresas, entre otros criterios, según el diario estadounidense.

Aunque la ley entró en vigor en enero, Uber y Lyft no la han cumplido, bajo el argumento que son simplemente plataformas tecnológicas y no negocios de transporte.

En mayo pasado, California demandó a Uber y Lyft para hacer cumplir la nueva ley.

El enfrentamiento de ambas plataformas con California llegará a un punto crítico esta semana. Este mes, un juez del Tribunal Superior de San Francisco ordenó a las empresas que empleen a sus conductores antes del próximo jueves 20.

Al respecto, los ejecutivos de Uber y Lyft han argumentado que no pueden cumplir con ese plazo, apelaron la decisión y advirtieron que se verían obligados a cerrar sus servicios al día siguiente si no se revocaba la orden.

Si nuestros esfuerzos aquí no tienen éxito, nos obligaría a suspender las operaciones en California,

dijo John Zimmer, presidente de Lyft.

California representa alrededor del 16% del negocio de Lyft.

Por su parte, el CEO de Uber, Dara Khosrowshahi, , dijo en una entrevista que los servicios de transporte de la compañía en California se detendrían, al menos temporalmente, si no se cambiaba el orden.

Uber y Lyft, que tienen su sede en San Francisco, han considerado durante mucho tiempo a sus conductores como contratistas. Eso significa que los conductores son responsables de sus propios vehículos y costos de mantenimiento y que Uber y Lyft no pagan horas extras, seguro de desempleo u otros gastos.

La propuesta

Según la propuesta, Uber y Lyft invitarían a otras empresas a establecer flotas de transporte privado utilizando sus plataformas. Eso podría reforzar las afirmaciones de las empresas de que eran simplemente empresas de tecnología que construían servicios de despacho sofisticados y que proporcionar transporte estaba fuera de su negocio principal, protegiéndolas de los requisitos de la ley AB 5.

En Uber, el esfuerzo se inspiró en las operaciones de la compañía en Alemania y España, donde las reglas de transporte ya la han obligado a trabajar con flotas, dijo Matt Kallman.

En tanto, Lyft basó su plan en FedEx, que franquicia algunas de sus rutas de entrega a operadores locales, dijeron empleados actuales y anteriores.

Los empleados de Uber y Lyft dijeron que las empresas no colaboraron ni compartieron información sobre sus planes entre sí.