Streaming en exceso, peligro para desarrollo de niños y adolescentes
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Streaming en exceso, un riesgo para el neurodesarrollo y comportamiento de audiencias infantiles

El acceso temprano a plataformas streaming y el consumo en exceso pueden generar consecuencias negativas en el comportamiento y neurodesarrollo de los niños y adolescentes, según alerta un reciente estudio realizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

El estudio cualitativo “Las audiencias infantiles y el consumo de contenidos en plataformas Over the Top” advierte que la interacción de niñas, niños y adolescentes con las plataformas de contenidos OTT, si no es supervisada por adultos, puede derivar en algunos riesgos.

Los riesgos

Los expertos participantes señalaron que algunas de las implicaciones cognitivas del consumo temprano de contenidos en plataformas OTT deriva en posibles afectaciones en el desarrollo del lenguaje, la capacidad motriz, dificultades en el aprendizaje o incapacidad para discernir y solucionar problemas.

Además, la exposición de las audiencias infantiles a contenidos no aptos para su edad podría derivar también en una sexualización temprana de las infancias, o conductas que pueden poner en peligro su integridad y fomentar el sedentarismo.

Esto, debido a que actualmente la vinculación entre la población infantil y los adolescentes con sus iguales se realiza de forma digital, se limita en cierta medida la satisfacción de necesidades básicas como pertenecer, ser aceptados, establecer y respetar límites, solucionar conflictos y vivir experiencias.

El contexto

En un contexto de interacción virtual, el objetivo de las audiencias infantiles es satisfacer dichas necesidades a través de la aprobación de contenidos mediante métricas específicas como el ‘me gusta’, además de la aspirar a cumplir estándares de apariencia física, género o nivel socioeconómico, entre otros.

Dichos estándares se promueven en series y películas, así como también por los influencers, redes sociales y otras plataformas de contenidos.

Por ello, para los especialistas resulta indispensable contar con la participación de madres y padres en actividades de supervisión respecto de los hábitos de exposición de sus hijas e hijos.

Asimismo, estiman que es necesario el trabajo conjunto para erradicar las barreras identificadas en los hogares, que hasta el momento, impiden el establecimiento de límites, lo cual propicia el consumo compulsivo.

El trabajo de campo para la investigación se realizó en el tercer trimestre de 2020, en Ciudad de México, Chetumal, Guadalajara, Hermosillo, Monterrey, Tapachula, Torreón y Veracruz, con la participación de hogares de diversos sectores de la sociedad.

Entre estos se cuentan niñas, niños y adolescentes de 2 a 14 años, así como sus madres y padres de familia, pertenecientes a los niveles socioeconómicos C+ y D+.

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