Para quienes buscan opciones de inversión en nuevas empresas tecnológicas, pero no están convencidos de hacerlo por medio de crowdfunding, existe una alternativa en el mercado que les permite convertirse en accionistas y gozar de las ganancias a largo plazo que generen las firmas por las que apostaron: los Security Token Offering (STO).
Esta herramienta nació como una alternativa más segura a las Initial Coin Offering (ICO), que vivieron un periodo de gran relevancia a nivel mundial a mediados de 2015.
Las ICO son los equivalentes a las Ofertas Públicas Iniciales (OPI) de las empresas tradicionales, pero en la comunidad de criptomonedas. Actúan como un recaudador de fondos para proyectos o empresas tecnológicas que buscan crear alguna divisa virtual, aplicación o servicio.
En este esquema, los inversionistas compran la oferta, ya sea con dinero o con alguna criptodivisa existente y, a cambio, reciben un nuevo tipo de token, específico de la firma que lanzó la ICO. Con este dinero, las desarrolladoras pueden financiarse y lanzar sus productos.
“Básicamente lo que se hacía con el ICO es que, a través de una página de internet, levantaban capital y generaban al inversionista un token – la representación digital de una acción del proyecto o la empresa que se iba a fondear con este dinero –. Eso impulsaba a la comunidad cripto”, dice el director de Invierte con Expertos, Diego de la Campa.
Entre 2013 y 2018, se lanzaron 1,874 proyectos con este esquema, que representaron más de 15,148 millones de dólares, de acuerdo con datos de la auditora PriceWaterhouseCoopers y ICODATA.
Uno de los casos de éxito de las ICO fue el lanzamiento de Telegram, en marzo de 2018. La aplicación de mensajería encriptada recaudó 1,700 millones de dólares, de acuerdo con cifras de la auditora PriceWaterhouseCoopers.
Los principales mercados de las ICO son Estados Unidos, Suiza, Singapur, Reino Unido y Hong Kong.
Sin embargo, al ser un mercado no regulado, el esquema de ICO se prestó para cometer fraudes y otros abusos, pues muchas empresas que participaban lo hacían sin un plan de negocios estructurado, explica el experto.
“Aunque estos activos digitales y la tecnología que los respalda puede presentar una nueva y eficiente manera de realizar transacciones financieras, también tienen un alto riesgo de fraude y manipulación porque los mercados donde operan están menos regulados que los mercados de capital tradicional”, informa en su sitio web la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés).
STO, en crecimiento
En contraste con las ICO, las Security Token Offering fueron lanzadas tomando en cuenta las regulaciones de los países en los que operan. Esto hace más difícil que las empresas puedan aplicar a este instrumento financiero, pero también pone más candados para resguardar el dinero de los inversionistas.
Por lo anterior, existen mucha menor oferta de STO que de ICO en el mercado, aunque ha tenido un gran crecimiento. En el primer trimestre de 2019, las start ups que aplicaron a este instrumento crecieron 235% respecto al mismo periodo de 2018, de acuerdo con la firma de análisis Inwara.
“Las reglas están bien puestas, no son tan restrictivas y muchos proyectos pueden participar”, considera De la Campa, a propósito del alza en la demanda de las Security Token Offering.
Los países en donde se han hecho estas ofertas se encuentran Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Islas Caymán, Singapur, Suecia, Emiratos Árabes Unidos, Estonia, Belice y Bulgaria.
En el mercado mexicano todavía no es posible acceder a este tipo de instrumentos, pero es posible invertir en ellos, como mexicano, en otros países, comenta De la Campa.
“No existen restricciones para poder invertir, si abres una cuenta en una casa de bolsa online en Estados Unidos. Pero la regulación local te puede pedir requisitos”, como identificación o número de seguridad social, dice el experto.
Aunque es posible que los inversores independientes apuesten por este tipo de instrumentos, ya que no necesitan hacerlo a través de una casa de bolsa, De la Campa recomienda tener la asesoría de expertos para evitar comprometer el dinero en proyectos que no tienen un buen panorama.