Desde 2009, Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, se plantea a principios del año un propósito para cumplir.

En 2014 fue aprender Mandarín y lo hizo; en 2015, leer un libro al mes. En 2016 fue correr 365 millas; en 2017 conoció a alguien de cada estado en Estados Unidos. Todos los cumplió.

Pero quizá uno de sus mayores propósitos fue el que se planteó en enero de este año: hacer de la plataforma un sitio más seguro; defender a la comunidad de 2,700 millones de personas del odio y abusos; y evitar la interferencia de gobiernos en la red social.

A 49 días de que termine el año, los últimos sucesos que han rodeado a la compañía que dirige indican que por primera vez, Zuckerberg no cumplirá.

No evitaremos todos los errores o abusos, pero actualmente hemos cometido demasiados al aplicar nuestras políticas y evitar el uso incorrecto de nuestras herramientas. Si tenemos éxito este año, terminaremos 2018 en una mucho mejor trayectoria 

Mark Zuckerberg, CEO de Facebook

Interferencia en procesos electorales

Zuckerberg se comprometió a evitar el uso incorrecto de sus herramientas, aunque a finales de marzo se hizo público que la empresa Cambridge Analytica extrajo datos, de forma engañosa y mediante un test, de aproximadamente 50 millones de usuarios.

La empresa cruzó la información obtenida de los test realizados por usuarios con la que tenían en sus cuentas de Facebook para crear perfiles psicológicos. La intención fue influir en los cerca de 156 millones de estadounidenses que estaban en la plataforma y que acudirían a las urnas.

Esto al final favoreció la victoria de Donald Trump, presidente de Estados Unidos.

La gravedad del suceso provocó que Zuckerberg declarara el 11 de abril ante el Senado de Estados Unidos para dar explicación de lo ocurrido.

Pese a ser citado por el gobierno y ante la pérdida de confianza de los usuarios, una vez más las herramientas de la compañía fueron utilizadas para incidir en las pasadas elecciones presidenciales de Brasil.

Jair Bolsonaro, presidente electo, fue acusado de utilizar Whatsapp, aplicación de mensajería adquirida por Facebook en 2014 por cerca de 19,000 millones de dólares, para difundir noticias falsas.

El uso de este canal fue clave. Según el diario español EL PAÍS, seis de cada 10 brasileños usan Whatsapp a diario. Además, de los 147 millones de votantes, más de 120 millones de brasileños emplean la red social, propiedad de Zuckerberg.

Hackeo a 500 millones de usuarios

El proteger a la comunidad del abuso es otro punto que Zuckerberg no logró cumplir. El pasado 29 de septiembre, la plataforma anunció que más de 50 millones de perfiles fueron vulnerados por cibercriminales. Los hackers lograron acceder a la información de los usuarios.

El anuncio se hizo días después de que la compañía descubrió la afectación. Incluso recomendó a los usuarios que cambiaran su contraseña por seguridad, ya que los ciberatacantes robaron las credenciales de acceso.

Responsabilidad de Facebook en Myanmar

El pasado 5 de noviembre, Facebook informó sobre el resultado de una evaluación independiente del impacto de la plataforma en los derechos humanos en Myanmar, país del sudeste asiático donde se cometieron crímenes de odio.

La organización encargada de realizar la evaluación, Business for Social Responsibility, le proporcionó varias recomendaciones para mejorar en cinco áreas clave, a fin de ayudar a mitigar el impacto negativo sobre los derechos humanos: construir soluciones sobre las estructuras existentes de gobierno y rendición de cuentas, mejorar la aplicación de las políticas de contenido, aumentar el compromiso con las partes interesadas locales, abogar por una reforma regulatoria y prepararse para el futuro.

El informe concluye que, antes de este año, Facebook no hizo lo suficiente para evitar que la plataforma se usara para fomentar la división e incitar a la violencia fuera de línea como pasó en Myanmar.

Zuckerberg tampoco ha cumplido en erradicar el discurso de odio mediante la plataforma que dirige.

Por cada promesa incumplida, un dólar menos

Cada una de las promesas incumplidas del ejecutivo impactaron en el precio de la acción durante 2018.

Por ejemplo, el 19 de marzo, un día antes de que los medios comenzaran a publicar sobre el vínculo entre Facebook y Cambridge Analytica, las acciones de la tecnológica perdieron 6.77% de su valor. Del 16 al 27 de marzo las acciones perdieron 17.76%.

Una sacudida en los papeles de la tecnológica se dio entre el 27 y 29 de septiembre cuando se difundió la noticia de la vulneración que comprometió la información de 500 millones de usuarios de Facebook. La acción se desplomó 15.84% entre esos días.

“Este será un año serio de superación personal y espero aprender de trabajar para solucionar nuestros problemas juntos”, concluyó el CEO de Facebook en su publicación el 4 de enero.

 

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