El mercado global de teléfonos hoy por hoy es un desastre. Así lo señaló en enero Ryan Reith, integrante del equipo de dispositivos móviles de la consultora IDC.

En medio de este torbellino, Samsung lanzará este miércoles desde San Francisco, California un nuevo equipo: el Galaxy S10.

La firma coreana tiene varios retos de frente. Uno de los más importantes es el precio.

En el último trimestre de 2018, que comprende una de las temporadas más altas de ventas de smartphones por las fiestas decembrinas y otros eventos de descuento, las unidades vendidas por Samsung cayeron 5.5% en relación al mismo periodo de un año antes.

Las razones, detalló IDC en su momento, tienen que ver con factores que se relacionan entre sí. Por ejemplo, la ampliación en los ciclos de renovación de los equipos y el incremento constante en los precios de estos dispositivos.

En el lanzamiento pasado -el del S9 y S9 Plus-, los equipos alcanzaron los 800 y 930 dólares, respectivamente. Alrededor de 80 y 60 dólares más que el S8 y S8 Plus.

En México, el nuevo teléfono de Samsung tampoco encontrará un buen recibimiento por parte del mercado.

La misma consultora prevé que las ventas de teléfonos inteligentes caigan nuevamente en 2019. Las unidades vendidas en el país pasaron de las 33.5 millones en 2017 a las 31.9 millones en 2018, es decir 5% menos.

De acuerdo con medios especializados, se espera que el nuevo equipo incorpore la cámara dentro de la pantalla, lo que daría más espacio a la pantalla.

Otra de las mayores innovaciones estará en el lector de huellas digitales. A diferencia de modelos anteriores, este se ubicará en la parte inferior del equipo e incluirá la detección de las huellas a partir de ultrasonidos.

También se mencionó que Samsung podría optar por lanzar tres equipos. Según los informes, el nuevo integrante de la familia sería el Samsung S10E, un teléfono más accesible.