Mark Zuckerberg tiene la costumbre de ponerse un desafío al comienzo de cada nuevo año: aprender mandarín o visitar todo Estados Unidos fueron sus metas previas, y en 2019, el fundador de Facebook quiere comprender mejor el impacto de las tecnologías futuras en la sociedad.

La inspiración para elegir sus metas fueron los dos años complicados que ha vivido la red social, criticada por sus métodos, sus prácticas comerciales y su lentitud para expurgar los mensajes de odio y los falsos.

“Soy un ingeniero y solía llevar a cabo mis ideas con la esperanza de que hablaran por sí mismas, pero dada la importancia de lo que hacemos, ya no es suficiente”, reconoció este martes en su página de Facebook, donde anuncia su desafío para 2019: debates públicos sobre la relación entre las nuevas tecnologías y la sociedad, “oportunidades, desafíos, esperanzas y ansiedades”.

Zuckerberg, quien nunca parece particularmente cómodo en público, liderará el debate con especialistas, el público y los políticos. Las discusiones estarán disponibles en Instagram y Facebook, dijo.

“Voy a implicarme públicamente, más que lo que mi zona de confort me lo permitió hacerlo hasta ahora y me involucraré en estos debates sobre el futuro, los compromisos que tenemos que hacer y la dirección que queremos tomar”, explicó, evocando temas que coinciden con muchas de las preguntas y críticas formuladas a la red social.

“¿Queremos que la tecnología dé voz a más personas o queremos que las salvaguardas tradicionales controlen las ideas que se pueden expresar?”, se preguntó Zuckerberg, quien mencionó también temas como el papel de internet en el fortalecimiento del tejido social o el tipo de internet capaz de resolver “los principales problemas del mundo”.

Facebook ha sido sacudida por varios escándalos en los últimos años: Cambridge Analytica y el intercambio de datos personales sin el conocimiento de los usuarios y con fines políticos; la interferencia de las agencias rusas en favor de la elección de Donald Trump; ataques organizados contra críticos de la red, y la responsabilidad de la plataforma en compartir mensajes de odio.

Tanto el fundador de Facebook como su número dos, Sheryl Sandberg, quien también es objeto de críticas por su actuación, admitieron su lentitud en reconocer problemas como la manipulación de información, pero ese gesto fue insuficiente para exonerar de responsabilidades a la compañía.

Sus empleados, no tan optimistas

Según extrabajadores de Facebook entrevistados por CNBC, la cultura laboral de la empresa es ‘como un culto’.

Los trabajadores se sienten presionados para poner a la compañía por encima de todo lo demás en sus vidas, especialmente debido al sistema de evaluación usado, conocido como ‘stack ranking’.

Cada empleado debe recibir evaluaciones de cinco de sus compañeros de trabajo dos veces al año y esas notas son usadas para rankearlo. Los empleados que quedan en los últimos lugares están en riesgo de perder su trabajo.

Esto los presiona a forjar amistades con colegas en cualquier oportunidad, incluso después del horario laboral.

“Hay una verdadera cultura de: ‘incluso si te sientes miserable, necesitas actuar como si amaras este lugar’”, dijo un exempleado citado por CNBC.

Con información de AFP