La fiebre por los token no fungibles (NFT, por su siglas en inglés) tienen un lado oscuro y esas son las implicaciones legales.

Estos han dado como resultado ventas de 2,000 millones de dólares durante el primer trimestre del año, lo que representó más de 20 veces el volumen del trimestre inmediato anterior, de acuerdo con un informe de NonFungible.com

Los NFT permiten asociar a cualquier objeto virtual (imagen, foto, video o pieza musical) a un certificado de autenticidad que lo convierta en una pieza única, a través de la tecnología de blockchain, la misma que utilizan las criptomonedas como el bitcoin. De esta forma no se puede duplicar y está respaldada.

Sin embargo, en los últimos meses, varias personas se han quejado de que sus NFT “desaparecieron” o no estuvieron disponibles en las redes sociales. 

Esto a pesar del discurso de venta de NFT que se repite a menudo: que las obras de arte de NFT se registran de manera inmutable e irreversible en la cadena de bloques Ethereum. 

Una de las razones se debe al complejo funcionamiento de los NFT que a menudo son incomprendidas incluso por las personas dispuestas a desembolsar grandes sumas de dinero por ellos. 

La industria es muy nueva y el mercado aún no entiende muy bien cuál es su potencial. Estamos en una etapa muy nueva. Eso hace que no estén muy claros los pactos legales. Si compras un NFT quizá deberías tener el cuidado de firmar un contrato en el que te están vendiendo o cediendo los derechos de una obra digital y tu deberías poner cláusulas de lo que no se puede hacer

 Juan Luis Hernández Conde

De acuerdo con Conde, mientras no sea claro el pacto entre ambas partes quedan muchas ambigüedades. La persona que compra el NFT no se convierte en automático el o la titular de los derechos de autor de la obra. 

“Si haces una obra digital tú tienes derechos sobre esa obra. Acuñas un NFT y lo vendes pero no necesariamente estas cediendo los derechos de esa obra a menos que lo pacten por escrito en una licencia de derechos”, dijo Hernández Conde. 

Ed Clements, administrador de la comunidad de OpenSea explicó en una entrevista a Vice, que las obras de arte digitales en sí mismas no están registradas de manera inmutable “en la cadena de bloques” cuando se realiza una compra. 

Cuando compran una obra de arte, en cambio, está “acuñando” una nueva firma criptográfica que, cuando se decodifica, apunta a una imagen alojada en otro lugar. Este podría ser un sitio web normal, o podría ser InterPlanetary File System, un gran sistema de almacenamiento de archivos peer-to-peer. 

Hernández Conde recomienda que cualquier persona que quiera acuñar un NFT y venderlo o que quiera comprar un NFT hagan un estudio de diligencia antes de adquirirlo o crearlo para conocer cuáles son las consecuencias legales que pueda generar la transacción. 

Es importante que las personas metidas en el tema tengan cuidado en estructurar bien sus proyectos para saber cuales son las consecuencias legales porque existen leyes que les pueden aplicar. Cualquier transacción que se haga usando esta herramienta no deja de estar sujeta a las leyes que le serían aplicables

 Juan Luis Hernández Conde

Por ahora, el mercado de los NFT está dominado por los segmentos de arte y coleccionables, y en específico de proyectos como CryptoPunks y SuperRare, de acuerdo a NonFungible. Aunque, aún es un mercado nuevo y más sectores se podrían sumar en esta fiebre. 

Entre las obras de arte más sonadas está una que se vendió a través de SuperRare por un promedio de 1,231 dólares en el cuarto trimestre de 2020 y que alcanzó los 6,585 en el primer trimestre de este año en el mercado secundario. 

Otro caso fue la venta del primer tuit de Jack Dorsey, cofundador y CEO de Twitter por 2.9 millones de dólares. 

Incluso, artistas mexicanas están incursionando en ese sector como es el caso de la fotógrafa y artista visual mexicana de 21 años, Krishna VR, se convirtió en una de las artistas pioneras del criptoarte mexicano al poner en subasta su más reciente obra “Sinestesia”, autorretrato animado que liberó de manera exclusiva en formato NFT.

Esta obra, de única edición, es subastada dentro de Foundation, plataforma exclusiva para que creadores y artistas vendan y subasten sus obras NFT y criptoarte.