La forma en la que la audiencia mira eventos deportivos ha cambiado. De acuerdo con una encuesta realizada por Nielsen, el 88% de los estadounidenses interactúan con segundas y hasta terceras pantallas mientras su televisión sintoniza deporte.

En este contexto, el Super Bowl será una arena más en la que los sitios especializados, las redes sociales y las propias ligas lucharán por atraer la atención del público.

La medición de audiencias en eventos deportivos ha sido un problema para las ligas desde el nacimiento del internet, que sumó streamings ilegales a un conteo que ya tenía obstáculos importantes como las pantallas en reuniones y bares. Por eso, las ligas han volteado cada vez más a las redes sociales como una métrica confiable de su alcance.

La NBA es la reina del engagement en línea, con casi el doble de seguidores en redes sociales que su más cercano competidor: la NFL. Su estrategia se ha basado en apoyar la proliferación de canales de resúmenes, algo que otras ligas han combatido mediante demandas de copyright.

Esto ha permitido que “Twitter convierta a la NBA en un evento que ocurre durante todo el año, y no sólo durante seis meses”, apuntó Ethan Strauss, reportero del medio especializado The Athletic.

Mientras las audiencias tradicionales de algunos deportes van a la baja, el interés en resúmenes y noticias va a la alta, con medios como Bleacher Report y The Ringer redoblando esfuerzos para atraer gente a sus perfiles de redes sociales y sus canales de YouTube.

En 2012, Bleacher Report fue comprado por Turner Media por 175 millones de dólares, con el objetivo de ser el “ala digital” de su división deportiva. El año pasado, con sólo 4 años de vida, The Ringer fue adquirido por Spotify por un estimado de 195 millones, como parte de sus esfuerzos por aumentar su presencia en el mercado de los podcasts.

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El alza de estos medios ha puesto en alerta a canales tradicionales como ESPN, y ha señalado a nuevos jugadores, como Vox con S/B Nation, la importancia de tener canales novedosos dedicados a un público deportivo ávido de propuestas, lo que podría ser un aliado de las ligas para combatir el desinterés en sus contenidos.

El caso de la NFL es particular: la poca cantidad de juegos en cada temporada ha provocado que sus niveles de audiencia sigan estando entre los más altos de Estados Unidos, pero la liga conoce las bondades de amasar seguidores en redes sociales.

La NFL sabe que su mejor opción para generar contenido viral es permitir que los asistentes a sus eventos compartan su experiencia. Para este objetivo, Verizon, T-Mobile y AT&T han invertido en expandir su red 5G en los alrededores del estadio Raymond James, que albergará el Super Bowl en Tampa.

Sólo AT&T realizó inversiones por 75 millones de dólares en los últimos 18 meses, informó la compañía.

Se trata de una guerra emprendida por las ligas para evitar que las televisiones se conviertan en las segundas pantallas, tal como eMarketer advirtió que ha comenzado a ocurrir desde el año pasado.

Las ligas saben que memes, videos destacados y drama extra-cancha son herramientas para recordarle al público que se está produciendo un contenido de calidad y, con suerte, llevarlos de vuelta a la televisión.

Después de todo, las transmisiones en vivo significan patrocinadores, derechos televisivos y paquetes de cable; algo contra lo que el engagement, e incluso la monetización en línea no pueden competir.