La supercomputadora Fugaku, desarrollada por el Instituto Público de Investigaciones japonés Riken, en asociación con el grupo informático también nipón Fujitsu, ha sido reconocida como la más rápida del mundo, de acuerdo con el sitio Top500.
Fugaku lideró la última clasificación y destronó a la supercomputadora estadounidense Summit, diseñada por IBM e instalada en el laboratorio nacional de física nuclear en Oak Ridge (Tennessee).
Summit ocupó la primera plaza en las últimas cuatro ediciones del ranking realizado por este sitio de referencia, publicado dos veces al año.
La velocidad de Fugaku (otro nombre del monte Fuji en japonés) es aproximadamente 2.8 veces mayor que la de Summit, o sea de 415.53 contra 148.6 petaflops.
Un petaflop corresponde a mil billones de operaciones por segundo, es decir un 1 seguido de 15 ‘ceros’.
Fugaku alcanzará 100% de su rendimiento en 2021, pero ya comenzó a ser utilizada para la investigación sobre COVID-19, particularmente para diseñar un modelo sobre la manera en que las microgotas, fruto de la respiración, pueden diseminarse en una oficina o en un tren abarrotado de pasajeros, estando las ventanas abiertas.
A largo plazo también podría utilizarse en la investigación para desarrollar nuevos medicamentos, soluciones energéticas e industriales inéditas, como para la simulación de catástrofes naturales e inclusive en la investigación fundamental sobre el universo, de acuerdo con el Instituto Riken.
Además del Top500, Fugaku tomó el liderazgo en las clasificaciones Graph500, HPCG y HPL-AI: es la primera vez que una supercomputadora ocupa simultáneamente el primer puesto en estos cuatro rankings, añadió Riken.
Las supercomputadoras son esenciales para la investigación en dominios como el desarrollo de la inteligencia artificial a causa de su formidable poder de cálculo.
Actualmente, son objeto de una competencia feroz entre las potencias económicas mundiales, sobre todo entre Estados Unidos y China, que entre ambos disponen de 70% de las supercomputadoras clasificadas en el Top500.
Sin embargo, el liderazgo de Fugaku, el primero de una supercomputadora japonesa desde 2011, podría no durar. Hay tres supercomputadoras estadounidenses en desarrollo, con una potencia de cálculo medida en exaflops, o sea varios trillones de operaciones por segundo, serían lanzadas en los próximos años.