El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuvo una reunión privada este martes con el CEO de Twitter, Jack Dorsey, en la que recibió una advertencia: su número de seguidores podría reducirse.

Esto sería resultado del esfuerzo de la red social por eliminar las cuentas de spam y bots, que le trajo buenos resultados trimestrales, explicó Dorsey al mandatario, y no por razones políticas.

Trump tiene ha afirmado sin evidencia de que los servicios de medios sociales están sesgados políticamente contra los conservadores.

El martes más temprano, tuiteó que su cuenta -con actualmente 60 millones de seguidores- “tendría muchos más seguidores si Twitter no estuviera jugando sus juegos políticos”. Añadió que el Congreso debería intervenir.

“No me tratan bien como republicano”, dijo Trump. “Muy discriminatorio”.

Trump también ha acusado a los principales jugadores de Silicon Valley de propagar “odio” contra “cierto grupo de personas que están en el poder, que han ganado la elección”.

En noviembre, tuiteó que “Facebook, Twitter y Google están tan predispuestos hacia los Demócratas, ¡es ridículo!”

Ante críticas de que muchos de los mensajes de Trump violan los términos de Twitter al incitar al odio o la discriminación, la red social argumentó que bloquear a los líderes mundiales como Trump “no los silenciará” sino que “obstaculizará la discusión necesaria en torno a sus palabras y acciones”.

Aunque, el mes pasado, un alto funcionario dijo que ya están considerando agregar notas a los tuits de alto perfil que deja publicaods a pesar de que violan sus reglas.

Un representante de Twitter dijo a Business Insider que la reunión del martes giró en torno al “compromiso de la plataforma social de proteger la salud de la conversación pública antes de las elecciones de 2020 en Estados Unidos”.