Ante una normalidad que obliga al distanciamiento físico y evitar el contacto con las personas, crecen las oportunidades para que se afiancen los pagos sin efectivo entre los agentes de la economía, incluso hasta en los mercados de barrio en la Ciudad de México.

Los consumidores se han adaptado el surtir su despensa a través de internet, sin embargo hay casos en los que el pago sin efectivo también será una opción para aquellos negocios más tradicionales en los que la penetración del comercio electrónico avanza lento, como sucederá con uno de los mercados más populares de la capital: el mercado de San Juan.

El establecimiento hizo un trato con MyCashless, una empresa que se dedica al desarrollo de la tecnología para eventos cuyo pago se realiza a través de códigos QR y brazaletes, pero que ahora incursiona en esta modalidad de adquisición de bienes.

En los pasillos del mercado ubicado en la Alcaldía Cuauhtémoc se observará a los repartidores surtiendo el pedido de los compradores que han cambiado sus hábitos de consumo y optan por esta modalidad, pese al relajamiento de las medidas de aislamiento.

La simplicidad, seguridad y limpieza son los principales elementos que llevan a consumidores y negocios a probar las transacciones sin contacto, aunque también enfrentan retos para imponerse al dinero en efectivo.

Un mercado hacia la digitalización

A partir de septiembre, el mercado de San Juan ofrecerá a los clientes la modalidad de entrega a domicilio.

Enrico Becerra, CEO de MyCashless, apunta a que en la primera etapa 30 locatarios estarán disponibles y de manera paulatina se incrementará hasta más de 150 vendedores, con lo que prevén que las ventas asciendan a los tres millones de pesos al mes.

Hará posible la experiencia de frente, que los usuarios puedan seleccionar y comprar; pagar a los que participaron en la transacción, y de la seguridad, que los términos y condiciones, términos legales, operación, que todo fluya,

asegura Becerra en entrevista con EL CEO.

El ejecutivo asegura que MyCashless no busca competir con Rappi y Uber Eats, pues estas firmas ya han construido un mercado aparte y lo que se busca es llegar a otros lugares. 

¿Adiós al efectivo?

De acuerdo con Mastercard, el 78% de los consumidores en América Latina que han usado el pago sin contacto o contactless aseguran que lo seguirán haciendo, pero para lograr un mayor alcance debe haber una participación activa de comerciantes y consumidores, asegura Carlos Pacheco, vicepresidente de Market Development para Mastercard México y Centroamérica.

Hay varios actores en el ecosistema de pagos y todos juegan un papel. Por un lado, existe la demanda del propio consumidor por una experiencia de pago más sana y mejor, y de igual manera, apetito tanto de emisores como adquirentes, por satisfacer esta demanda,

indicó Pacheco.

Para ello, se debe contar con infraestructura tecnológica a fin de propiciar y facilitar la innovación digital en el mercado.

Bajo esos ecosistemas, el CEO de MyCashless comenta que ha observado que el mercado en la era pos-covid19 acelera el proceso de compra y venta de bienes y servicios que pueden resolverse a través de comunidades.

“En el mundo poscovid existen estas redes de comunidades en grupos donde se venden y compran productos. Hay gremios que necesitan monetizar sus servicios y el trabajo está siendo muy individual. Lo que estamos haciendo es resolverlo a través de comunidades”, precisa Becerra.

Crear el ecosistema

Aunque en México una de las principales apuestas es el uso de CoDi (Cobro Digital) de Banxico, en la realidad su uso no ha sido el esperado, pues de los 2.8 millones de usuarios registrados, 140,000 han realizado algún cobro y 160,000 cuentas han efectuado un pago.

Ante esto, el ejecutivo de Mastercard reitera que la ventaja de este tipo de pagos es el seguimiento y seguridad y que puede iniciar a fortalecerse en ciertos sectores de la economía.

Una de las principales ventajas de los pagos digitales es su trazabilidad. De modo que no solo es posible, sino que en algunos sectores ayudaría enormemente a la transparencia. Pensemos en, por ejemplo, el pago de combustible, los pagos al gobierno o los pagos en la industria del transporte, por mencionar solo algunos,

indica Pacheco.

Incluso, el CEO de MyCashless no descarta que el siguiente ecosistema potencial sean los centros comerciales donde los pagos sean sin contacto. Por ejemplo, la firma ha incursionado con el uso de brazaletes en eventos masivos y su siguiente apuesta es llevarlo a celulares, pero también en el futuro operar como software as a service (saas), es decir, todo a través de herramientas tecnológicas.

En esta época COVID nos enfocamos a desarrollar producto tecnológico para, en vez de llegar a ser un software as a service en 2023, que era nuestro plan, lograrlo en 2021. De alguna manera nos aceleró la curva,

apunta Becerra.

Sin embargo, en la creación de estos ecosistemas y la manera en la que pueden ser operados, Pacheco recuerda que en el mercado existen los anillos y llaveros que funcionan a través de la tecnología NFC (Near Field Communication) “que habilita los pagos sin contacto, es compacta y se puede colocar en prácticamente cualquier objeto personal”.

Ese proceso tiene como base la penetración del uso de smartphones en México, pues su alcance en 2018 era de 63% y para 2025 será de 76%, según la asociación de operadores móviles, GSMA.