El hackeo a la base de datos de reservaciones de Starwood de la cadena hotelera Marriott que ocurrió a finales de noviembre y que comprometió la información de hasta 500 millones de clientes fue parte de un esfuerzo de recopilación de inteligencia proveniente de China, informó The New York Times citando fuentes cercanas a la investigación.
Este ataque también se dirigió a aseguradoras médicas y archivos de seguridad de millones de ciudadanos en Estados Unidos, agregó el diario.
Los sospechosos son acusados por las fuentes de trabajar en nombre del Ministerio de Seguridad del Estado, la agencia de espionaje civil china.
Marriott es el principal proveedor de hoteles para el gobierno de Estados Unidos y su personal militar.
Eso lo sabe la administración del presidente Donald Trump, que ya planifica acciones dirigidas a las políticas comerciales, cibernéticas y económicas de China en un contexto ensombrecido por una disputa comercial entre las dos naciones.
Entre las medidas se encuentra desclasificar los informes de inteligencia que revelan los esfuerzos de China documentados desde 2014 para construir una base de datos que contenga los nombres de los ejecutivos y funcionarios del gobierno de Estados Unidos, así como obstáculos para que empresas chinas obtengan componentes para equipos de telecomunicaciones.
China lo niega
Ante las acusaciones, Geng Shuang, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, negó tener conocimiento del hackeo a Marriott.
“China se opone firmemente a todas las formas de ataque cibernético y lo reprime de acuerdo con la ley”, dijo el funcionario. “Si se ofrecen pruebas, los departamentos chinos pertinentes llevarán a cabo investigaciones de acuerdo con la ley”, agregó.