Hay personas que se llevan sus secretos a la tumba. Otros se llevan las contraseñas para desbloquear 190 millones de dólares en criptomonedas de sus clientes.

El CEO de Quadriga CX, Gerald Cotten, murió en diciembre de 2018, a los 30 años, por complicaciones de la enfermedad de Crohn mientras trabajaba como voluntario en un orfanato en India, según la página de Facebook de la plataforma, que anunció su fallecimiento el 14 de enero.

El sitio de intercambio -el más grande de Canadá- permitía el comercio de Bitcoin, Litecoin y Ethereum y solicitó la protección por bancarrota al Tribunal Supremo de Nueva Escocia la semana pasada.

Quadriga tiene 363,000 usuarios registrados y debe un total de 250 millones de dólares canadienses (190 millones de dólares estadounidenses) a 115,000 usuarios afectados, según una declaración presentada por la viuda de Cotten, Jennifer Robertson, en nombre de la compañía.

Luego de una serie de sonados hackeos a intercambios de criptomonedas, Cotten adoptó la política de transferir los recursos de sus clientes a una “billetera fría” almacenada en su computadora principal, a la que solo se puede acceder físicamente y no en línea.

Su muerte dejó “más de 180 millones de dólares (canadienses) de monedas en almacenamiento en frío”, detalló Robertson.

En su declaración, la viuda de Cotten dijo que no estaba involucrada en el negocio mientras él estaba vivo y que no sabía la contraseña ni la clave de recuperación.

“A pesar de las búsquedas repetidas y diligentes, no he podido encontrarlas por escrito”, aseguró.

También señaló que había consultado a un experto que tuvo “un éxito limitado en la recuperación de algunas monedas y algo de información” de la otra computadora y teléfonos celulares de Cotten, pero la mayoría permanece intacta en su computadora principal.

Los problemas de Quadriga resaltan los desafíos únicos de las criptomonedas, dijo el vicepresidente de la plataforma rival Bitbuy.ca, Dean Skurka, en una entrevista con Canadian Broadcasting.

“Esto realmente pone de relieve la necesidad de que el gobierno tome medidas y regule los intercambios de criptomonedas”, afirmó Skurka.

En la declaración, Robertson dijo que ha recibido amenazas en línea y “comentarios difamatorios”, incluidas preguntas sobre la naturaleza de la muerte de Cotten y si está realmente muerto. El certificado de defunción fue incluido como parte de los documentos entregados al Tribunal Supremo de Nueva Escocia.

Con información de Reuters