Las “big tech” están involucradas en una amplia gama de actividades financieras y en China, a través de subsidiarias, las tecnológicas tienen capitalizaciones de mercado comparables a las de los grupos financieros más grandes del mundo.

Por ejemplo, las tecnológicas chinas Alibaba y Tencent tienen una capitalización de mercado superior a la institución financiera JPMorgan Chase & Co (JPM) y al Banco Industrial y Comercial de China (ICBC por sus siglas en inglés), mientras que la compañía Baidu, también de origen chino, no se queda atrás con una capitalización de 42,910 millones de dólares. 

 

El crecimiento en la provisión de servicios de pago por parte de empresas tecnológicas ha sido más pronunciado en China, donde los pagos móviles ahora equivalen al 16% del Producto Interno Bruto, mucho más que en cualquier otra jurisdicción, según un informe del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés)

La tasa de penetración de estos pagos digitales en China superará 35% este año, siendo así la más alta del mundo, según estimaciones de la última edición del estudio Statista Digital Market Outlook. 

Es por eso que el Consejo de Estabilidad Financiera tiene en la mira el desplazamiento de las “big tech” hacia los servicios financieros, pues las tecnológicas se benefician de tener grandes bases de clientes y pueden explotar los datos para lograr una escala rápida en diferentes líneas de negocio.

En lo que respecta al valor de las transacciones, son los usuarios estadounidenses quienes lideran el ranking. A finales de 2019, cada usuario de pagos móviles en Estados Unidos habrá gastado un promedio de 3,018.50 dólares estadounidenses por transacción, mientras que en China dicho valor será de 1,172.20 dólares, según Statista.

¿Por qué las ‘big tech’ optan por los servicios financieros?

Según el FSB, son tres los factores que impulsan la entrada de las tecnológicas en los servicios financieros.

  • Diversificar las fuentes de ingresos: particularmente a través del negocio de comercio electrónico de las empresas.
  • Acceder a nuevas fuentes de datos: ofrecer servicios financieros les permite recopilar datos adicionales sobre los hábitos de gasto y las posiciones financieras de sus clientes
  • Complementan y refuerzan sus actividades comerciales centrales: aumentan su base de clientes y lealtad. Pueden ofrecer mayores niveles de conveniencia y velocidad de servicio a sus clientes. 

Es por eso que cada vez más tecnológicas se están sumando a este sector, como es el caso de Google, Apple, Facebook y Amazon. 

Para el próximo año, Google estaría por sacar al mercado su tarjeta, con la cual ofrecerá cuentas personales en asociación con Citigroup y una cooperativa de crédito de la Universidad de Stanford. Aunque desde 2011 la tecnológica dio sus primeros pasos en el sector financiero con el lanzamiento de Google Wallet y posteriormente Google Play. 

Facebook deberá esperar un poco más, debido a que la discusión sobre la aprobación de libra seguirá pendiente para 2020 debido a la negativa de diversos gobiernos e instituciones financieras a nivel internacional. Sin embargo, el pasado octubre lanzó Facebook Payments: una solución de pagos por medio de Messenger. 

A principios de marzo, Apple lanzó su tarjeta de crédito virtual en conjunto con el banco Goldman Sachs, como complemento del iPhone. 

Pese a reconocer los beneficios que podrían brindar los servicios que ofrecen estas empresas, el FSB considera riesgos potenciales que incluyen aquellos comunes a otras actividades financieras, tales como apalancamiento, transformación de vencimientos y desajuste de liquidez, vulnerabilidades cibernéticas, así como una mala gobernanza y control de procesos.