Una larga sequía que ha afectado a dos terceras partes de México podría empeorar en las próximas semanas, mientras los pronósticos advierten sobre altas temperaturas, daños a los cultivos y escasez de suministro de agua en algunas zonas, incluyendo a la capital.
Los expertos están haciendo sonar las alarmas porque los cultivos resecos podrían generar una producción insuficiente, en momentos en que las temperaturas alcanzaron los 40 grados esta semana en algunas partes del norte del país, entre ellas áreas agrícolas clave.
“En algunos estados, prácticamente el riego está desapareciendo por falta de precipitaciones”, indicó Rafael Sánchez, experto en agua de la Universidad Autónoma de Chapingo.
Añadió que los reservorios están bajos y las transferencias de agua a las fincas son reducidas.
La sequía en México se produce a la par de la que golpea al oeste de Estados Unidos y Canadá, donde los cultivos están amenazados y se ha impuesto el racionamiento de agua.
Si bien las lluvias estuvieron solo un 3% por debajo del promedio en todo México el año pasado, la presión sobre las reservas de agua se vio agravada por el aumento de la demanda interna durante la pandemia de COVID-19, mostró un informe del gobierno de Estados Unidos el mes pasado.
Las esperanzas de reponer los depósitos secos de México ahora dependen de la tradicional temporada de lluvias, conocida formalmente como el Monzón de Norteamérica, que ahora está en marcha.
“Los próximos tres meses serán realmente cruciales en el resultado de esta sequía”, comentó Andreas Prein, científico del Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Boulder, Colorado.
Gran parte de México recibe entre el 50% y el 80% de sus precipitaciones anuales entre julio y septiembre.
La escasez de agua es común en algunas partes del país, pero ha empeorado ante el calor extremo atribuido al cambio climático, según científicos y datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Sequía en México
Aproximadamente el 70% de México se ve actualmente afectado por la sequía, frente a cerca de la mitad en diciembre. Alrededor de una quinta parte del país está experimentando una sequía extrema en comparación con menos del 5% cada año desde 2012.
Los expertos temen que el problema se extienda a los más de 22 millones de habitantes del área metropolitana de Ciudad de México, alimentada por una red de presas pero donde algunos distritos no tienen agua corriente entubada.
Sánchez mencionó que “yo no tengo ninguna duda que en el 2022 habrá una crisis, una gran crisis”.
Además anticipa un posible malestar social. “Los acuíferos están completamente agotados”.
El experto en agua de la Universidad Autónoma de Chapingo está animando a las autoridades locales a invertir en la recolección de lluvia para uso doméstico.
Villa Victoria, una fuente importante para la Ciudad de México, se encontraba entre los 77 de 210 embalses principales que estaban por debajo del 25% de capacidad a fines de junio, según datos de Conagua. Lechos de lagos agrietados se pueden ver en otras zonas de la ciudad.
Imágenes tomadas por un satélite de la Comisión Europea mostraron un deterioro visible en Villa Victoria el 15 de junio de este año, en comparación con el 30 de junio del año pasado cuando ya estaba medio vacío.
En esta época del año pasado, había 56 embalses por debajo del 25% de su capacidad. Hace dos años, solo había 40.
El Gobierno ha sembrado nubes
La sequía ha llevado al Gobierno a sembrar nubes con yoduro de plata durante los próximos 90 días en tres estados agrícolas del norte —Sinaloa, Sonora y Chihuahua—, en un intento por inducir la lluvia con la ayuda de aviones de la fuerza aérea especialmente equipados, según una declaración de la Secretaría de Agricultura.
Pero el objetivo de producción de maíz para este año, que es de 28 millones de toneladas, todavía está en riesgo.
“El escenario en general es pesimista, y no vamos a negar que estamos preocupados por la sequía”, dijo un alto funcionario de la Secretaría de Agricultura, hablando bajo condición de anonimato.
Puede ser difícil para los científicos atribuir un solo evento al cambio climático, pero las sequías más extremas apuntan al calentamiento global que, según los investigadores, se debe a las emisiones de gases de efecto invernadero, resaltó Prein.
El calor absorbe la humedad del suelo, lo que representa “un gran problema. Si ya estás en una región muy seca como la parte occidental de México y aumentas la temperatura, pierdes mucha agua simplemente por evaporación”, añadió Prein.